Alvaro HILARIO
Udate

De cuando las mujeres copaban los frontones

En estos tiempos de televisión y nuevos aficionados, pareciera que no hay más modalidad que la mano y más género que el masculino. Pero no siempre fue así: en los frontones hubo Begoñeses y pala, mujeres y raquetas. La exposición «Mujer y pelota vasca» (sala Ondare, Bilbo) homenajea a estas últimas.

La sala Ondare (María Díaz de Haro, 11; Indautxu, Bilbo) acoge hasta el 30 de julio la muestra «Mujer y pelota vasca», una exposición que -inaugurada en octubre del pasado año en el Museo Euskal Herria de Gernika- «pretende rendir homenaje y dar a conocer a las primeras mujeres que practicaron el juego de la pelota profesionalmente», en las modalidades de cesta, punta y, sobre todo, raqueta.

Fotos de época (algunas de las cuales están datadas en el último cuarto del siglo XIX), raquetas, figurines y vestimentas de las pelotaris, fichas federativas, contratos, seguros deportivos, pelotas elaboradas por Carmen Gorospe, paneles explicativos y audiovisuales componen esta exposición comisariada por Arantxa Pereda.

La pelota es un deporte universal en donde las variedades nacidas en Euskal Herria son las que mayor aceptación han tenido allende nuestras fronteras. Aunque, hoy en día, la pelota a mano sea la especialidad que goza con más aficionados entre nosotros, pala, raqueta y cesta son las más estimadas por los aficionados de Asia y América, por ejemplo, lo mismo que, hasta hace no muchos años, la pala era la reina en Bilbo.

Hay que reseñar también que aunque en este siglo XXI no es la norma ver mujeres compitiendo en la cancha, en los frontones, hubo tiempos en los que las raquetistas (jugadoras de frontenis, diríamos hoy) se incluían entre los mejor pagados y considerados profesionales del frontón. Las raquetistas fueron, de hecho, las primeras deportistas femeninas profesionales. Junto a ellas, palistas o fabricantes de material completaban la nómina de mujeres unidas a este deporte que, las más de las veces, pareciera coto exclusivo de lo masculino.

Frontones madrileños, pelotaris vascas

Dividida en cinco secciones («Sake», «Tanteo», «Kantxa», «Kontrakantxa» y «Hemen eta orain»), la exposición «Mujer y pelota vasca» tiene el objetivo de reconstruir la olvidada presencia de las raquetistas en frontones de todo el mundo a lo largo del siglo XX, dedicando especial atención a los setenta años (1917-1980) en los que la raqueta estuvo vigente en los frontones de América y la Península Ibérica.

La muestra da fe del primer frontón «para señoritas» del Estado español, inaugurado en Madrid el año 1917, en la calle Cedaceros, bajo el nombre de Frontón Madrid. La historia del mismo fue breve, ya que en 1920 el local fue reformado y convertido en el Teatro Rey Alfonso. El inmueble de este antiguo frontón todavía existe, aunque está cerrado desde 2001 (su último uso fue como Cine Bogart).

El responsable de la incorporación de la mujer al juego de pelota fue el exjugador y empresario vasco Ildefonso Anabitarte Anza, que creó escuelas de raquetistas en Euskal Herria y Madrid, abriendo el Frontón Madrid en 1917 y el Frontón Moderno en 1918. En este último frontón jugó la histórica pelotari Eugenia Iriondo «La Eibarresa».

En 1929, Anabitarte inauguró su frontón de más éxito, el nuevo Frontón Madrid (calle Doctor Cortezo), que ofreció partidos de raquetistas femeninas hasta 1980. En su lugar, existe un hotel, aunque en frente aún se encuentra un bar llamado El frontón. Además de los frontones de Anabitarte, en los años veinte se abrieron otros frontones de raqueta en Madrid: el Frontón Paraíso, el Nuevo Frontón, el Frontón Chiki Jai, el Frontón Playa de Madrid o el Frontón Rosales.

Igual que sucede con los cestistas que juegan en EEUU o Filipinas, procedentes de escuelas como la Universidad de Markina, las raquetistas eran jóvenes procedentes de las escuelas de localidades como Eibar, Tolosa o Mutriku. Frontones madrileños, canarios o brasileiros y pelotaris vascas.

Entre estas profesionales, algunas muy bien pagadas, se encontraban la citada Eugenia Iriondo; Mary y Carmen «la Bolche» (porque se adueñaba de la cancha como una bolchevique); María Antonia Uzcundu «Txikita de Anoeta»; Agustina Otaola; Eladia Altuna «Irura»; Mª Luisa Alberdi; María Carmen Lasagabaster «Amaia»; Gloria Agirre «Txikita de Aizarna»; Lucia Areitoaurtenea; las hermanas Beraza (Julita, Mari y Milagros); Conchita Bustindui, Olga Cazalis; María Luisa Senar; o Rosa Soroa.

El declive

A pesar de las trabas que puso el general Moscardó, el célebre militar golpista, defensor del Alcazar de Toledo y responsable del deporte del Estado español hasta 1957, a la práctica de la pelota vasca por mujeres (ordenó, por ejemplo, alargar las faldas de las pelotaris hasta el tobillo, dificultando sus movimientos en la cancha) la raqueta consiguió sobrevivir hasta el verano de 1980, año en que se celebraron los últimos partidos en el Frontón Madrid. El último, en concreto, fue el 17 de julio.

Testimonio del amargo final de las raquetistas del Frontón Madrid es el reportaje «El ocaso de las pelotaris» que la periodista Carmen Sarmiento realizó para RTVE: http://www.rtve.es/alacarta/videos/programa/fronton-madrid/350510/.

Sin embargo, la mujer ha seguido practicando el juego de la pelota, aunque en un porcentaje muy inferior al de los hombres, en pala, cesta-punta, frontenis... Desde hace algunos años la Federación Española de Pelota (FEP), y las Federaciones autonómicas, trabajan para hacer desaparecer las barreras existentes entre la mujer y el deporte de la pelota. En la temporada 2004-05 la Federación Gipuzkoana de Pelota Vasca inició el proyecto «Emakumea Pilotari».

Los materiales utilizados en la exposición formarán parte de un fondo documental y permanecerán en el Museo Euskal Herria.