ATHLETIC - MÁLAGA

Días atrás, antes de medirse al Elche, Ernesto Valverde matizaba lo dicho por él tras la derrota en A Coruña al aseverar que ante los ilicitanos el encuentro era una final. «Una final no, pero sí una semifinal», vino a acotar. Lo de esta tarde en San Mamés es toda una final. Con todas las letras. La primera de unas cuantas que tienen los rojiblancos por delante. Y a la vez un entrenamiento para el caramelo de semifinal que la victoria copera del Espanyol ante el Sevilla le ha puesto a los leones. Entrenamiento porque tanto hoy como el jueves próximo los de Valverde necesitan hacer goles, aunque en realidad con hacer uno por partido, y mientras no marque el rival, bastaría. El problema es que suman ya tres seguidos sin marcar y no es sino el resultado de una alarmante carencia que arrastra, sobre todo, esta temporada. Aduriz, que lleva cuatro encuentros sin anotar, necesita recuperar su olfato ya.

El Athletic suma cuatro derrotas ligueras seguidas desde que comenzó el año; solo una vez le había pasado antes, en 1991, con el propio técnico como jugador. Esta tarde no puede haber lugar a una cuarta. Y para ello habrá que tener también en cuenta el comportamiento de una grada soliviantada, pero que deberá estar al lado del equipo desde un inicio. Pero, como siempre comenta Valverde, para que suceda, los jugadores deben contagiar antes a los aficionados.

La actitud del Málaga determinará también mucho qué Athletic veamos. Si sale con intenciones de aguantar a los rojiblancos, si va a por el partido. El miércoles en la Copa lo cierto es que se vio un equipo malacitano rácano, demasiado precavido, ante el que los bilbaínos se mantuvieron sólidos en tareas defensivas, no sufrieron, pero dejaron en evidencia sus carencias ofensivas. Todo deberá jugar a favor hoy. Incluso que esa primera oportunidad que pueda surgir al principio, como la que dispuso Mikel Rico ante el Elche, vaya dentro, y entonces el partido tome un giro diferente. Porque encajar primero penalizaría y mucho a los de Valverde, como se está viendo en lo que va de curso.

De momento, la estadística es favorable a los locales. El Málaga no consigue ganar en San Mamés desde hace nueve años -el desaparecido CD Málaga y el Hércules alicantino tienen el récord de veinte visitas a San Mamés sin ganar-. Y, aunque solo sea por eso, los rojiblancos tendrán que agarrarse a algo. Porque perder frente a los hombres de Javi Gracia está prohibido y empatar penalizado. Pero para poder ganar, en primer lugar hay que marcar.