En tierra de nadie, Osasuna buscará ante el Llagostera una victoria que enjugue lo antes posible la desilusión de entre semana tras perder el martes frente al Zaragoza. Un encuentro el que se jugó ante los maños que dejó bastantes más secuelas que las propias del mal resultado, en forma de expulsiones y tarjetas que obligan al técnico rojillo, Jan Urban, a volver a recomponer el once una vez más en lo que va de la presente temporada.

El preparador polaco deberá incluir tres cambios obligados, uno por cada línea. En defensa, Echaide y Cadamuro pelearán por hacerse con un puesto en uno de los laterales. Dependiendo de quién sea el elegido, Javier Flaño se desenvolverá en el costado derecho o izquierdo. En la zona por delante del pivote, podría darse el regreso de Olavide tras su paso por la sub19 española, aunque el buen papel que desempeñó José García en los minutos de que dispuso ante el Zaragoza también le hacen disponer de ciertas opciones.

Finalmente, la ausencia de Nino, pichichi del equipo y, por tanto, fijo en el ariete durante lo que se lleva de la presente campaña, permite abrir el abanico de la punta de ataque osasunista a otros jugadores. Kodro, que no estuvo muy fino el martes, y Ansarifard, quien tampoco ha dado muestras de su calidad hasta ahora, son las alternativas.

Nuevo inquilino del banquillo

La escuadra navarra necesita los tres puntos para no complicarse la vida de nuevo, pues un nuevo tropiezo acercaría a su rival en la clasificación y volvería a hacer aparecer antiguos fantasmas. A priori, Osasuna deberá llevar el peso de un envite en el que se espera a un Llagostera a la expectativa, bien pertrechado atrás y a la espera de alguna oportunidad en estrategia o al contragolpe.

El partido tendrá, asimismo, un cariz especial, a la espera de conocer quién será finalmente quién se sentará en el banquillo. La obligación de disponer de carnet oficial de entrenador reduce a dos los candidatos, Andoni Goikoetxea y Iosu Sesma, con más opciones para el primero.