Febrero ahoga ideas y efectividad
Un error de Cadamuro a falta de diez minutos para el final posibilitó el triunfo del Llagostera en un encuentro en el que los rojillos estuvieron muy flojos y fallaron un buen número de claras ocasiones. Los de Jan Urban vuelven a mirar hacia las posiciones de abajo.
OSASUNA 0
LLAGOSTERA 1
Osasuna vuelve a las andadas. El obligado parón de dos semanas por las condiciones climatológicas le ha sentado ciertamente fatal. Febrero ha ahogado ideas y efectividad, cosechando la segunda derrota consecutiva en casa en apenas cinco días. Los de Jan Urban estuvieron muy flojos en líneas generales, si bien Cadamuro reflejó en toda su intensidad el desastre sobre el césped. Será complicado que el internacional argelino lo vuelva a pisar después de la bronca que recibió de sus propios hinchas desde el graderío.
Lo cierto es que el partido no se dio tal y como se esperaba. El Llagostera para nada se cerró atrás, todo lo contrario, buscó triangular y encontrarle las cosquillas a una defensa rojilla que, en ciertos lances, no estuvo todo lo consistente que se requería. De hecho, la escuadra catalana fue quien dispuso en las botas de Arturo de las mejores oportunidades para adelantarse en el electrónico.
En concreto, en dos ocasiones pudo desequilibrar la balanza. La primera en el minuto 21, cuando recibió una precisa asistencia de Perea desde la media luna que el delantero visitante mandó a las nubes cuando ya había puesto tierra de por medio respecto a un Vujadinovic que le perdió la marca. La segunda, diez minutos después, cuando se marchó con potencia y velocidad de Miguel Flaño -también es verdad que le hizo falta al central de Noain-, que estuvo un tanto blandito en el lance. Esta vez su disparo raso no encontró portería.
La imagen que estaba ofreciendo el Llagostera no correspondía a su situación clasificatoria, mientras Osasuna no acababa de imponer su control sobre el envite. Como suele acostumbrar, solo a balón parado daba muestras de cierto peligro. De un corner llegó la mejor para los anfitriones, cuando un buen cabezazo de Miguel Flaño no besó las mallas gracias a la palomita de René.
José García, revulsivo a medias
Urban tiró en el descanso de revulsivo. Otra vez puso sobre el verde a un José García que comienza a hacerse un hueco en el once y que le dio otro ritmo a las acciones en ataque locales, aunque al final, la falta de acierto en los metros finales echase por tierra esa diferente velocidad. Por dos veces, Ansarifard, otro de los desastrosos del encuentro, falló para lo que se le fichó, y René tuvo su tarde, deteniendo otros dos lances de Cedrick y Roberto Torres.
Si un equipo no es capaz de marcar, lo que no se puede permitir es ser blando atrás. Un balón suelto que Cadamuro debía haber sacado con un pelotazo finalizó en las redes rojillas, gracias a que el lateral se durmió y el resto de sus compañeros en la línea zaguera tampoco estuvieron especialmente finos. Las dudas vuelven a aflorar en el entorno osasunista.
Muy crítico con los suyos, el técnico rojillo, Jan Urban, asumió que el encuentro frente al Llagostera «no lo podemos perder». «Al rival se le veía con muchísimo respeto hacia nosotros y eso lo tenemos que aprovechar para que el contrario no piense que puede sacar algo positivo», indicó.
El preparador polaco hizo especial hincapié en la pasividad con la que los suyos saltaron de inicio en el envite. «Hemos entrado mal o muy mal. Somos los locales y tenemos que meterle ritmo al partido, parecía como si estuviéramos jugando sin prisas, como si ya fuéramos por delante en el marcador y habría que gestionar los últimos minutos. En casa tenemos que empezar mucho más agresivos, con mayor intensidad», alertó.
«Hemos creado suficientes ocasiones para ganar -continuó-, pero en algunas hemos tirado al muñeco y eso es porque algunos futbolistas no han jugado mucho. Está claro que me preocupaba quién iba a marcar porque, entre todos los que han salido, sumaban ocho goles. Preveía que podía haber problemas, pero está claro que hemos perdonado y lo hemos acabado pagando».
Urban no eludió el que esa misma falta de minutos había afectado al rendimiento de hombres como Cadamuro, muy cuestionado por la grada. «Va a estar anímicamente mal porque es consciente de que no le ha salido un buen partido», admitió. «Como dije, con esta derrota, ahora nos queda volver a mirar otra vez hacia la parte baja y entiendo el enfado de la afición», concluyó. N.M.