Las derrotas siempre sientan mal, pero algunas sientan aún peor, y otras no tanto. «Fue un partido duro, ellos jugaron muy bien y estamos decepcionados», reconocía tras la derrota frente a Unicaja un abatido Axel Hervelle, inconforme tanto con el resultado final como por su propia actuación. Quino Colom, por su parte, se lamentaba de dos detalles que le dieron la espalda a las opciones bilbainas. «Hemos tenido varios despistes y ellos han tenido acierto en el triple», reconocía el andorrano.

Por contra, la impresión de Sito Alonso y el capitán Alex Mumbrú difería un poco: se perdió, pero después de haber dado la cara. Antes que nada, para perder en los cuartos de final de la Copa frente al líder de la Liga ACB Endesa, había que llegar hasta ahí. «Agradecer a la afición y a los medios, porque estábamos fuera de la ACB y estamos aquí, consiguiendo resultados», recordaba el técnico de los hombres de negro pocos minutos después de caer.

«Es importante haber estado aquí. Somos un club que está luchando por seguir adelante, por eso es un orgullo haber plantado cara a un equipo como Unicaja. Estamos muy contentos de estar aquí», recalcaba un Sito Alonso leal y coherente con su ideal de no lamentarse con lo que pudo haber sido y no fue.

Por su parte, Alex Mumbrú coincidía en que «estamos orgullosos de poder estar aquí. Es una pena no ganar el partido, pero bueno, seguimos adelante». Asimismo, el capitán de los hombres de negro subrayaba que vuelven «con la cabeza alta» por no rendirse jamás.

«Es un poco nuestra seña de identidad: competimos hasta el final, cuando parecía que rompían el partido volvíamos a estar ahí. Si algo teníamos es que creemos en nosotros en cada partido. Nos vamos orgullosos y con la cabeza alta», dijo.

«Todos han estado a la altura»

Más allá de la derrota, con una actuación superlativa de Kuzminskas y Granger, llamó la atención el mal estado de juego que exhibió Raül López -un mal estado que es más que evidente en el último mes- y la escasa actuación de jugadores como Wragge -salió como sexto hombre, pero después de tres minutos Sito Alonso lo sentó y no volvió a sacarlo-, Dejan Todorovic -el serbio jugó cinco minutos, pero tampoco aportó gran cosa- o Andjusic -dispuso de diez minutos y anotó una canasta, pero poco más logró hacer-. Por no hablar de un Tobias Borg que dispuso de los últimos 47 segundos del partido, con todo decidido -Borja Mendia jugó 13 segundos finales-.

Sito Alonso no quiso entrar a valorar la actuación de nadie -ni la suya propia por acortar la rotación hasta el extremo- y resumía que «a la altura han estado todos», aunque opinaba que era «demasiado» pedirles todavía un mejor rendimiento.

«A la altura han estado todos. La guardia pretoriana es importante, pero los jóvenes tienen poca experiencia. Pedirles un rendimiento óptimo en su primera Copa es demasiado. Deben de seguir creciendo y tenemos que creer en ellos», declaraba.

«Orgullo»

«Es un orgullo dirigir a estos jugadores, que creyeron en sus opciones cuando no estábamos haciendo un buen partido. Esta es la línea, hay que seguir mejorando para competir con estos equipos», remachó Sito Alonso.

Poco tuvo que ver la derrota del jueves con la padecida por los hombres de negro ante el Gran Canaria en Gasteiz 2013. En aquella edición, los de Katsikaris fueron la imagen de la impotencia. El jueves fueron inferiores, pero sin dejar de pelear.