Cinco puntos y un tercio de torneo separan al Alavés de poder soñar
A los de Alberto López les falta dar ese salto de calidad necesario fuera de casa para optar a hacerse con el sexto puesto, ahora ocupado por el Zaragoza. Con alguna excepción, el calendario foráneo que resta de aquí a final de temporada es bastante exigente.
Con casi todo un tercio de competición todavía por delante -39 puntos aún en juego-, el Alavés, aupado a la octava posición tras golear a Osasuna en el derbi de Mendizorrotza, se postula como un candidato al alza para entrar en el último puesto que da derecho a disputar el play off de ascenso. Para ello, los de Alberto López tendrán que mejorar sensiblemente sus números foráneos, los que les daría un plus de cara a alcanzar a Ponferradina y Zaragoza, quienes le preceden ahora mismo en la clasificación.
Lo dijo el técnico albiazul antes de la disputa del encuentro ante los rojillos, que de dicho envite iban a depender en gran medida las aspiraciones que el Glorioso pudiese tener para marcarse un objetivo más elevado que el de la permanencia. Y sus pupilos respondieron con nota al reto, hasta el punto de mostrarse el miércoles como un bloque solvente en todas las parcelas del campo, contundente a la hora de cerrar caminos al adversario y efectivo cuando se encontró frente al portero rival.
Ahora la única cuenta pendiente que le queda a la escuadra babazorra es mantener ese mismo nivel de juego cuando se desplaza lejos de Gasteiz. Casi cuatro meses lleva el Alavés sin ganar fuera de casa -el meritorio triunfo en el Benito Villamarín del 23 de noviembre pasado-, habiendo cosechado desde entonces tres empates y cuatro derrotas en sus últimas visitas, algunas de estas últimas motivadas por la incapacidad de los arabarras para cerrar los partidos después de ponerse por delante o igualar el marcador.
Lo cierto es que al cuadro albiazul no le resta un calendario de salidas precisamente asequible a priori, con oponentes que se encuentran en estos momentos a un nivel similar -Lugo, Alcorcón, Numancia o Mirandés-, otros con claras intenciones de ascender a Primera -Sporting y Las Palmas- y solo uno que lucha por la permanencia -Albacete-. Por contraponer un aspecto positivo a este exigente periplo habría que decir que muchos de ellos son equipos a los que les gusta jugar la pelota, algo que le viene muy bien a las características de los dirigidos por Alberto López.
De momento, y para ir recortando los cinco puntos que le separan al Alavés del Zaragoza, actual sexto clasificado, la escuadra babazorra tendrá que centrarse en el choque que le espera el domingo a las 16.00 en el Anxo Carro, frente a un bloque lucense al que costó mucho doblegar en la primera vuelta, pues se logró mediante una acción aislada a falta de diez minutos. A los de Quique Setién les gusta mimar el cuero, llevan cuatro jornadas consecutivas invictos y afrontan el encuentro después de haber empatado sin goles en La Romareda.
Osasuna, en la cuerda floja
La situación se cierne bastante más sombría para Osasuna, que sigue sin recobrar el camino de la victoria, y lo que es más preocupante, un estilo de juego que dé alguna esperanza a su sufrida afición. Ni siquiera el relevo en el banquillo ha servido de acicate para un equipo con encefalograma plano, incapaz de reaccionar ante la adversidad, sin garra, frágil en defensa y con una capacidad física por debajo de la de sus rivales.
A los de José Manuel Mateo les espera otro duro examen este domingo ante el Tenerife -Heliodoro Rodríguez, 19.00-, un conjunto, el chicharrero, que ha remontado en las últimas semanas, pues lleva cinco jornadas sin perder habiendo sacado adelante sus compromisos en propio estadio.
«14 finales» cuando realmente restan 13 jornadas
Es tal la situación de bloqueo en el vestuario rojillo que ya ni siquiera son capaces algunos de sus integrantes de sacar correctamente las cuentas que restan de aquí al final de la temporada. Así, ayer Sisinio hablaba de «14 finales» para «dejar a Osasuna por lo menos en Segunda División», cuando en realidad quedan trece encuentros, después de haberse completado la vigesimonovena jornada con la disputa del derbi aplazado.
«Prefiero no pensar en los números -añadió el futbolista albaceteño-, pero vamos a ir a por ello, no vamos a bajar los brazos. Tenemos que hacerlo por nosotros y por los que nos rodean. No podemos dejar caer a Osasuna», insistió en un dircurso que, por repetitivo, ya suena un tanto gastado para la afición, después de que no se materialicen esas buenas intenciones sobre el verde.
Para el jugador rojillo, «este equipo tiene más fútbol, más agresividad, más orgullo, más todo. No somos tan malos como lo que estamos haciendo porque los errores son innumerables. No podemos encajar tan pronto, hay que recuperar la confianza con el balón para que jugadores como Merino o Roberto Torres destaquen más».
Analizando la goleada encajada en Mendizorrotza, Sisinio acertó a decir que «con el gol, nos entraron las dudas y nos costó reaccionar. El segundo tanto fue una losa que no nos pudimos quitar de encima. Con poco se pusieron por delante, pero tampoco nos arrollaron, se aprovecharon de nuestro momento de debilidad. Ahora hay que pasar página». N.M.