Perder en dos prórrogas, y ante este Valencia Basket, no es perder
Un Clevin Hannah estratosférico estuvo a punto de dar la victoria a los bilbainos, pero se topó con un Justin Hamilton aún mejor.
BILBAO BASKET 104
VALENCIA BASKET 111
«Quiero expresar mi satisfacción por entrenar a este grupo», comenzaba la rueda de prensa de Sito Alonso, después de que Dominion Bilbao Basket sucuembiera ante un Valencia Basket que sigue invicto. Tras dos prórrogas y opciones reales de tumbar a la escuadra taronja, los de Sito Alonso se quedaron con la miel en los labios. Duele perder, pero esto no es perder.
Muchos fueron los protagonistas del partidazo de Miribilla, así que resumir el choque en un cara a cara entre Clevin Hannah y Justin Hamilton no solo es injusto, sino que no es cierto. Así, con empate a 79 y ya dentro del último minuto «reglamentario», Alex Mumbrú clavó un triplazo bombeadísimo que pudo haber supuesto la ventaja decisiva para los hombres de negro. O qué decir de un Alex Ruoff, que protagonizó sus mejores minutos desde que está en Bilbo. Seguro que él tampoco durmió anoche, consumido por el rcuerdo del tiro libre errado con 85-83 en el luminoso, después de que su equipo, él entre los que viajaron a la «distancia de la caridad», anotaran sin fallo los 19 lanzamientos anteriores. Claro que el empate lo conseguía Hamilton, autor de 31 puntos y una valoración final de 39.
La única verdadera mala noticia fue la lesión de Hervelle, después de una jugada en el tercer cuarto en el que debió retirarse después de que Rafa Martínez lo golpeara –el belga se cobró falta en ataque– y Sikma cayera sobre él. Shawn James, que se resintió del tobillo, también ofreció minutos de calidad, en especial en defensa, taponando las penetraciones de Vives y haciendo frente al poderío reboteador taronja.
Momentos destacados
Pero es que enfrente estaba un equipazo. Un Valencia que llegaba sin Dubljevic, en el que Lucic no jugó, y en el que Antoine Diot disputaba sus primeros minutos después de meses de ausencia por lesión. Y pese a todo, demostró ser un equipazo.
No tuvieron su mejor día ni Vives, ni Van Rossom, ni San Emeterio, pero todos ellos tuvieron momentos destacadísimos. El «santo», por ejemplo, llegaba con 0 puntos y una valoración de -6 al cuarto final, y casi la lió anotando 10 puntos en 10 minutos. Van Rossom, que juega enmascarado, se vio muy incómodo ante Hannah e incluso ante un entregado Raül López, pero lució muy buena muñeca, mientras que Vives compensaba sus errores en el tiro con una coninua conexión con Hamilton. En el bando bilbaino también toca salvar muchos y muy buenos minutos de Alex Suárez y del propio Dairis Bertans.
Hamilton salvó a los de Pedro Martínez, mientras que Clevin Hannah fue el faro de los hombres de negro. Sus triples fueron indefendibles y su único «pero» fue el ataque final de la primera prórroga. Con empate a 95, agotó demasiado el tiempo en botes inútiles y su pase a Bertans fue malo y desesperado como para que el «cohete letón» pudiera anotar y decidir.
Con un parcial de 2-7, Valencia Basket se escapó 97-102. Sendos mates de James y Todorovic, y el enésimo triple de Hannah elevaban el 104-103 para delirio de Miribilla, pero ni Hamilton ni Shurna flaquearon, y Hannah no pudo responder al toparse con un ta&bs;pón de Guillem Vives. Perder así, aunque no es ganar, nunca puede ser perder.