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WASHINGTON

Reveses electorales demócratas exponen el desgaste de Biden

Una derrota en Virginia, donde Joe Biden había ganado con holgura en las presidenciales, y los apuros en Nueva Jersey, donde los demócratas daban por segura una cómoda victoria, expusieron el desgaste del presidente de EEUU, con la popularidad a la baja, sus grandes planes bloqueados en el Congreso y el partido dividido. Y dan alas a las expectativas republicanas ante las legislativas de medio mandato y las presidenciales de 2024, con el trumpismo al acecho.

La derrota demócrata en la elección de gobernador de Virginia, muestra la popularidad a la baja del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que además sigue con sus planes estrella de reformas bloqueados en el Congreso.

Tras su gira europea en la que trató de recobrar el crédito ante sus aliados en el G20 y la COP26, el inquilino de la Casa Blanca recibió a su regreso un duro varapalo en Virginia, a un año de las cruciales elecciones de mitad de mandato que podrían reorganizar por completo las cartas del poder.

Biden había logrado en este estado 10 puntos de ventaja en las elecciones presidenciales de 2020. Para los republicanos, la victoria de Glenn Youngkin ofrece una posible hoja de ruta estratégica para 2022, y posiblemente incluso para las presidenciales de 2024, en las que sigue acechando el trumpismo. Youngkin ha logrado retener la base electoral trumpista al tiempo que se distanció lo suficiente del expresidente para recuperar votos en los suburbios ricos. Lo hizo con propuestas concretas en materia de educación y economía, movilizando especialmente zonas rurales y tradicionalmente conservadoras.

Aunque Trump respaldó a Youngkin en la carrera a gobernador –y se apresuró a celebrar su victoria–, el expresidente no viajó a Virginia para acompañar al candidato, como sí hizo Biden con el aspirante demócrata, Terry McAuliffe.

Apuros en Nueva Jersey

Biden había dado por segura la victoria y descartó que una posible derrota tuviese que ver con su gestión. «Si tengo mi agenda aprobada o no, no va tener ningún impacto real en ganar o perder», dijo. Pero otra alarma preocupante para el presidente estadounidense se encendió en la elección a gobernador de Nueva Jersey. El demócrata Phil Murphy estaba codo a codo en el escrutinio con su rival republicano, a pesar de que los sondeos previos le habían dado una amplia ventaja.

Biden, cuyo índice de popularidad ha alcanzado un mínimo casi histórico en este nivel de mandato en la historia política reciente, ahora debe volver a volcarse en la pugna pendiente en el Congreso, donde sus dos gigantescos planes de inversión y reforma social y climática son objeto de interminables negociaciones en su propio partido. El presidente espera un acuerdo que represente una gran victoria personal. Su programa «Reconstruir mejor» incluye 555.000 millones para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, lo que la Casa Blanca ha descrito como «la mayor inversión jamás realizada para abordar la crisis climática». Biden esperaba poder aparecer en la cumbre COP26 en Glasgow con este cheque en la mano, como garantía del «regreso de EEUU» al escenario internacional. Pero el proyecto de ley para este plan, que ya se ha reducido a la mitad, está siendo impugnado principalmente por el senador Joe Manchin, demócrata electo del estado tradicionalmente conservador de Virginia Occidental, que advierte sobre la deuda pública y la inflación, y tiene virtualmente un derecho de veto en un Congreso con muy escasa mayoría demócrata.

«Las querellas políticas deben terminar», afirmó Manchin, refiriéndose a las demandas del ala más progresista demócrata sobre el otro aspecto de los planes de Biden: el programa de 1,2 billones de dólares para renovar las deterioradas infraestructuras del país, que cuenta con el apoyo de demócratas y algunos republicanos.

Pero los demócratas progresistas exigen negociar al mismo tiempo los dos proyectos, porque temen que el ala más conservadora se niegue a apoyar el programa «Reconstruir mejor» después de ver aprobado el presupuesto para infraestructuras.

Un expolicía negro será el nuevo alcalde de Nueva York

En una jornada aciaga para los demócratas, al menos lograron que Eric Adams se impusiera en las elecciones a la Alcaldía de Nueva York con el 66,7% de los votos al 65% escrutado. Adams arrolló al aspirante republicano, Curtis Sliwa, quien apenas superaba el 28,2%. Estimaciones al cierre de las urnas daban hasta el 75% de los votos para el demócrata, que se convertirá así en el segundo alcalde afroamericano de la historia de una ciudad con desigualdades económicas y sociales extremadamente marcadas entre diferentes comunidades. Nacido en una familia pobre en Brooklyn, se crió en Queens, donde experimentó arrestos policiales violentos antes de convertirse en capitán de policía y crear un sindicato antirracista. Luego entró en política, electo en el Estado y en la ciudad de Nueva York. Adams consideró que esta elección representa una «venganza social» para él y los neoyorquinos pobres. La campaña se centró en la inseguridad, frente a un rival, Sliwa, que en 1979 creó «ángeles de la guarda», patrullas voluntarias supuestamente para luchar en las calles junto a la Policía. Adams se ha comprometido a luchar contra los delitos en aumento. Gestionará el mayor presupuesto municipal de EEUU: 98.700 millones de dólares para el año fiscal 2021-2022. También tendrá el control de la mayor fuerza policial del país (36.000 empleados) y el reto de reformar un poderoso y sindicalizado cuerpo.GARA