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LIMA

Boluarte presenta al Congreso su Gabinete tras la masacre de Juliaca

El Gobierno designado por la presidenta interina peruana, Dina Boluarte, acudió ayer al Congreso para solicitar el voto de confianza, un proceso que los mandatarios deben cumplir cada vez que renuevan su Ejecutivo, tras un día de protestas cuya represión dejó un saldo de 17 personas muertas en la ciudad de Juliaca (sur).

Muertos por la represión de las protestas en la ciudad de la región aymara de Puno (sur).
Muertos por la represión de las protestas en la ciudad de la región aymara de Puno (sur). (STRINGER | AFP)

Los enfrentamientos estallaron cuando los manifestantes intentaron tomar al asalto el aeropuerto de la ciudad, situada 1.300 kilómetros al sur de Lima, en la región aymara de Puno. El aeródromo ya había sido escenario de un anterior intento de asalto el sábado.

Las protestas exigen la renuncia de Boluarte, el cierre del Congreso, nuevas elecciones este año y una asamblea constituyente.

El director de la Dirección Regional de Salud (Diresa) en Puno, Ismael Cornejo, confirmó a Canal N que la mayoría de los muertos cayeron bajo las balas del Ejército y la Policía en las inmediaciones del aeropuerto y agregó que los testigos denunciaron el sobrevuelo de helicópteros, a baja altura, para lanzar bombas lacrimógenas y disparar a los manifestantes.

La defensora del Pueblo, Eliana Revollar, aseguró que los manifestantes «usan armamento casero» y les exhortó a protestar «de forma pacífica». Desde el inicio de las protestas al menos son siete las víctimas mortales por accidente de tránsito y hechos vinculados al bloqueo de vías. Otras 39 han muerto por la represión de las protestas.

Final sangriento de la tregua navideña

Boluarte guardaba silencio tras la masacre en Juliaca, punto final sangriento a la «tregua navideña», pero horas antes acusaba a la «extrema izquierda» de «sembrar el caos en las ciudades».

Quien sí habló fue el primer ministro, Alberto Otárola, para denunciar un «ataque organizado hacia el estado de derecho y a las instituciones» y un «golpe de Estado», del que responsabilizó a los manifestantes. Otálora y su equipo ministerial presentaron su programa en el pleno del Congreso donde fueron recibidos con gritos de «asesinos» y peticiones de renuncia por parte de legisladores izquierdistas, lo que obligó a suspender la sesión en un primer momento.

Otálora exhortó a la Fiscalía a investigar los enfrentamientos, en los que también murió un policía en el ataque a un coche patrulla en Puno. El propio primer ministro anunció ante el Congreso un toque de queda durante tres días desde las 20.00 hasta las 4.00 en la región de Puno. También declaró la jornada de hoy «duelo nacional» por los fallecidos. «Los señores policías nos tiraron a matar» denunciaba un manifestante. «Exigimos a señora Dina (Boluarte) que dimita. Acepte el hecho de que el pueblo no le quiere».

Las protestas en el sur del país se reanudaron el miércoles y algunas regiones anuncian paros indefinidos y movilizaciones, lo que ha generado cierre de terminales y transporte. La región de Puno, escenario de la última masacre, es el epicentro de las protestas y registra una huelga indefinida desde el 4 de enero. Es a su vez el punto de partida de una marcha convocada por numerosos colectivos, y que tiene previsto llegar a Lima mañana.

Los «Tres Amigos» prometen aumentar su cooperación

La Cumbre de Líderes de América del Norte, conocida como de los «Tres Amigos», comenzó ayer con la participación de Andrés Manuel López Obrador (México), Joe Biden (EEUU) y Justin Trudeau (Canadá). Según un orden del día previo a su primera reunión, acordaron tomar medidas para promover la industria norteamericana de semiconductores, para lo que organizarán un foro trilateral y aumentarán las inversiones. También plantearon reforzar la cooperación para erradicar las drogas letales y mejorar las vías legales para los migrantes a través de una plataforma virtual con información para reducir el recurso a «traficantes». Asimismo, los tres líderes se comprometieron a reducir las emisiones de metano procedentes de desechos sólidos y aguas residuales en al menos un 15 % para 2030 con respecto a los niveles de 2020. GARA