La principal batalla diplomática parecía haberse centrado en si David Cameron lograba para Londres la sede de la nueva Corte de Patentes. Esa concesión habría bloqueado un acuerdo total sobre el «pacto de crecimiento», pacto llamado a ser la estrella de la cumbre. Hollande y Merkel pusieron sobre la mesa el compromiso que previamente habían pactado entre ambos (escenificado en la minicumbre de Roma con Monti y Rajoy) y que pensaban que saldría adelante sin mayor problema, hasta que se encontraron con el envido de Cameron. Quizás esa fuese la razón de que Merkel (al menos al cierre de esta edición) hubiera decidido no salir anoche ante los medios, tal y como estaba previsto. Al parecer, la canciller comentó que el acuerdo sobre el plan de crecimiento «debía ser debatido en un sentido más amplio». De hecho, Van Rompuy anunciaba poco después el plan de estímulo de 120.000 millones de euros, pero admitía que aún no había un acuerdo completo (Hollande confirmaba después sus palabras). Hoy pueden saltar chispas. ¿Habrá órdago de Berlín?
Lo triste es que los medios británicos relacionaron en todo momento lo que ocurría en Bruselas con el partido de fútbol Alemania-Italia. Mientras la UE se jugaba los cuartos, en Twitter lo que petaba era el hashtag #Bailoutelli.