Su propuesta de acuerdo con todas las administraciones vascas tiene la misma utilidad que una carta a los tres reyes magos, en este caso José Luis, Martín y Javier, porque cuando se le preguntó si tenía algún calendario o agenda para abrir conversaciones en búsqueda de ese pacto respondió que «los mecanismos ya existen». Y, añadió, «vamos a ver cuál es la voluntad de cada uno», lo que evidencia que, mientras se dice que «se tiene que terminar el tiempo de guerras entre las diferentes administraciones de Euskadi», se está preparando la munición para la próxima batalla.
Tampoco concuerda que en el discurso esté escrito que «se tiene que terminar el tiempo de enfrentamientos partidarios» y que luego, cuando se le pregunta por la propuesta jeltzale de pedir la convocatoria de la Comisión Mixta del Concierto, el lehendakari responda con retintín que «no se preocupe el presidente y candidato del PNV, que el Gobierno sabe lo que tiene que hacer», para, a continuación, insistir en que «lo que hace falta es que el presidente y candidato del PNV diga lo que piensa» de los recortes.
Mientras el mundo se hunde bajo nuestros pies, no podemos seguir con un gobierno autonómico que nació de la extirpación de parte del cuerpo electoral y que ahora, sin margen de maniobra, se aferra al poder a la espera de que las encuestas dicten cuál es el mejor momento para ¿intentar ganar? No, ser la tercera fuerza parlamentaria. Elecciones ya, por favor y por respeto a la ciudadanía.