«Es crítico que el Banco Central Europeo (BCE) siga adelante con las intervenciones en el mercado de bonos en línea con las directrices de agosto. Esto representa un paso necesario hacia una resolución duradera de la crisis», ha indicado el economista jefe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Pier Carlo Padoan, durante la presentación de las perspectivas provisionales de la institución para las 7 mayores economías del grupo.
A este respecto, la OCDE espera que Alemania crezca este año un 0,8%, cuatro décimas menos de lo previsto en mayo, mientras el Estado francés registrará una expansión del 0,1%, en vez del 0,6% augurado, e Italia se contraerá un 2,4%, frente a la caída prevista del 1,7%.
En el caso de Estados Unidos, la organización con sede en París señala que, a pesar de verse afectada por la crisis de la zona euro, logrará crecer un 2,3% este año, mientras Canadá lo hará un 1,9% y Japón un 2,2%.
La gran excepción será Japón, con un incremento de la actividad del 2,2%, superior al 2% contemplado en primavera, aunque también había sido el único miembro del G7 que había sufrido una caída del PIB el pasado ejercicio (-0,8%).
«Nuestras previsiones muestran que las perspectivas económicas se han debilitado significativamente desde la pasada primavera y la ralentización continuará si los líderes políticos no son capaces de resolver la principal causa del deterioro, que no es otra que la crisis de la eurozona», ha asegurado Padoan, quien ha advertido de que este debilitamiento de la economía impulsará el desempleo por encima de sus ya elevados niveles actuales.