ION TELLERIA
URRUÑA

Debate territorial

Ipar Euskal Herria afronta una etapa decisiva para lograr el reconocimiento institucional en el Estado francés. La casi totalidad de la clase política apoya la creación de un marco propio, una Colectividad Territorial específica vasca, aunque los diversos matices y la postura, todavía desconocida, del Gobierno de París auguran una dura pugna.

Protesta a favor de la Colectividad Territorial organizada por Batera. Juan Carlos RUIZ / ARGAZKI PRESS
Protesta a favor de la Colectividad Territorial organizada por Batera. Juan Carlos RUIZ / ARGAZKI PRESS

«Ahora o nunca», «estamos en un momento privilegiado», «ahora es el momento de dar un paso y de crear la institución». Son palabras de Anita Lopepe (Batasuna), Kotte Ecenarro (PS) y Jakes Bortairu (Batera), respectivamente. Todos los agentes políticos coinciden en que Ipar Euskal Herria afronta una etapa decisiva de cara a lograr el reconocimiento institucional en el Estado francés.

Todos citan dos acontecimientos políticos de gran envergadura: la nueva situación política abierta tras el cese definitivo de la lucha armada por parte de ETA, y el proceso de descentralización emprendido por el Estado francés.

Durante la última década, primero con el Gobierno Sarkozy y la última etapa con Hollande, el debate sobre la reorganización institucional del Estado francés ha evolucionado en Ipar Euskal Herria hasta llegar hoy a un amplio consenso en torno a la Colectividad Territorial Específica.

El Consejo de Electos, que reúne a la representación institucional de los tres territorios vascos, se pronunciaba el pasado 13 de setiembre a favor de esa Colectividad, aunque ponían de relieve las diferentes maneras de comprender esa nueva institución.

Desde BATERA fijan claramente la posición en torno a esta nueva institución. En la entrevista que ha concedido su portavoz Jakes Bortairu a NAIZ expresa que «no se puede fijar cualquier cosa tras la colectividad, ya que se trata de una figura muy concreta en la legislación francesa». Y marca sus límites: «debe englobar la totalidad del territorio vasco, debe ser una estructura evolutiva y debe reemplazar, por lo menos, el departamento».

¿Adiós al departamento?

Esa postura clara de BATERA es compartida por la totalidad del espectro abertzale, que ven, como afirma Anita Lopepe en el análisis que sumamos a este reportaje, «un primer paso imprescindible» para que las tres provincias vascas tengan voz propia. También podría serlo para la mayoría de electos socialistas y de la UMP, aunque nadie lo afirma con rotundidad.

El socialista Kotte Ecenarro, primer vicepresidente del Consejo General del departamento, afirma, en la entrevista concedida a NAIZ, que si las competencias de la colectividad son las que pertenecen a día de hoy al departamento, «claro que el departamento tendrá que partirse en dos».

La mayoría de los socialistas evita posicionarse de modo claro sobre la nueva estructura institucional y sobre el futuro del departamento. También Ecenarro afirma que «prefiere» esperar a que concluya el debate. Su compañera de partido, y diputada en la Asamblea, Colette Capdevielle no apoyó, en un principio, la resolución del Consejo de Electos, aunque finalmente dijo que se «equivocó». Además ha dicho que apuesta por «una Colectividad infra-departamental»; es decir, una nueva institución que no entraría en competencia con el departamento.

El presidente del Consejo General del departamento, Jo Labazée, es uno de los mayores opositores a la posibilidad de partir en dos el departamento actual. Durante las últimas semanas varios cargos electos han denunciado su posición. Labazée no se pronunció en la última reunión del Consejo de Electos y podría mostrar su oposición a la colectividad en el debate de París. Esta semana, también la derecha ha criticado su «inmovilismo».

¿Qué dice París?

La postura de Labazée podría ser un gran obstáculo, ya que una de las premisas del Ejecutivo francés es el acuerdo entre los electos vascos. El próximo 4 y 5 de octubre el Senado francés será el escenario de la puesta en marcha del debate territorial, pero no será hasta el 11 de octubre cuando se conozca la postura del Gobierno de Hollande. Ese día, la ministra encargada de la descentralización, Marylise Lebranchu, recibirá a una delegación de los electos vascos y se espera que dé alguna pista sobre lo que París está dispuesto a conceder.

Durante este mismo mes de octubre debe redactarse el proyecto de ley marco para el acta de la III. descentralización, que es la forma que ha tomado el debate territorial tras la llegada del PS al Gobierno francés. Hollande pretende aprobar la nueva ley en diciembre.

Consulta popular y nuevo escenario

Una vez aprobada la ley cabría la posibilidad de que los ciudadanos de Lapurdi, Nafarroa Beherea y Zuberoa fueran llamados a las urnas para ratificar o rechazar la nueva propuesta institucional. Esa es la apuesta de BATERA: «es un paso imprescindible, lo aprobado por París debe ser refrendado por la ciudadanía». Ecenarro no lo tiene tan claro, ya que cree que no se lograría una mayoría a favor de una colectividad específica.

En cuanto a la incidencia del nuevo escenario abierto en Euskal Herria, después de que ETA decidiese abandonar la lucha armada, Ecenarro, Lopepe y Bortairu creen que debería tener una incidencia importante de cara a la postura de París. También la senadora socialista Frédérique Espagnac afirmó, tras la reunión del Consejo de Electos del 13 de septiembre, que «pese a que París dice que el problema vasco no existe, no querría que de aquí a diez años el País Vasco Norte no encontrara su sitio en Francia». La diputada socialista Sylviane Alaux afirmó, tras esa misma reunión, que «la demanda territorial tendrá peso en el proceso de paz».