Será a las 20.00, cuando concluye tradicionalmente su jornada de trabajo, cuando la sede de San Pedro quedará vacante. Una vez convocado el Cónclave o reunión del Colegio Cardenalicio de la Iglesia Católica Romana, un total de 115 cardenales elegirán a un nuevo Pontífice.
«No abandono la Cruz, sino que me mantengo de un modo nuevo en el Señor Crucificado, en el servicio de la oración permanezco», ha dicho Benedicto XVI este miércoles, en la última audiencia de su Pontificado, ante más de 150.000 fieles congregados en la Plaza de San Pedro. También en su último Angelus, subrayó que no abandonaba la Iglesia y que continuaría sirviéndola «con el mismo amor», añadiendo que el Señor le había llamado a dedicarse «aún más a la oración y a la meditación» pero de un modo más adecuado a su edad y a sus fuerzas. En la misma línea, en su último encuentro con el clero romano, confesó que se retiraba para rezar, puntualizando que estará cerca de los obispos y sacerdotes «y desaparecido para el mundo».
Cuando se materialice su renuncia, Benedicto XVI recibirá el título de Papa Emérito o Romano Pontífice Emérito, vestirá con la sotana blanca simple y los zapatos marrón que le fueron regalados en su viaje a León (México). El anillo del Pescador será «anulado», es decir, rasgado con una raya o una cruz con el fin de que quede «inutilizable» y permanecerá en el Vaticano. El Vaticano cerrará cerrará la cuenta de Twitter @Pontifex, al menos hasta que se elija al nuevo Pontífice.
El pasado 11 de febrero, Benedicto XVI comunicó su decisión en latín ante el consistorio para la canonización de los mártires de Otranto. «Después de haber examinado ante Dios reiteradamente mi conciencia, he llegado a la certeza de que mis fuerzas, debido a mi avanzada edad, no se adecuan por más tiempo al ejercicio de mi Ministerio. Con total libertad declaro que renuncio al ministerio de Obispo de Roma y Sucesor de Pedro, que me fue confiado por medio de los Cardenales el 19 de abril de 2005», anunció en ese encuentro.
El Pontífice se acoge así al Código de Derecho Canónico al renunciar en libertad y adoptar su decisión con plena «lucidez» sin que exista, según el Vaticano, ninguna enfermedad en curso que haya influido en su decisión.
Como Papa, enfrentó problemas de la Iglesia, como los abusos sexuales y la reforma del Banco Vaticano.
El anuncio de la renuncia se ha producido después de un año marcado por el denominado caso 'Vatileaks', el escándalo de la filtración de documentos reservados, que ha concluido con la concesión de la gracia por parte de Benedicto XVI a su exmayordomo, Paolo Gabriele.
El sucesor que resulte elegido durante este mes de marzo será el 266 Papa de la Iglesia católica.