El preso algortarra Anjel Figueroa fue hallado muerto ayer en su domicilio, donde cumplía condena desde 2008 en régimen de prisión atenuada debido a la grave enfermedad neurológica que pacería.  Su cuerpo ha sido trasladado al tanatorio Sarria de Getxo, donde la capilla ardiente ha permanecido abierta desde las 18.00.

A las 20.00 cientos de personas se han dado cita en la plaza Telletxe de Algorta para recordar a Figueroa y brindarle un sentido homenaje.

Tras hacer llegar sus condolencias a la familia y allegados y del preso, han recordado su figura, de la que han destacado su sentir internacionalista, su defensa del auzolan o su carácter militante y comprometido con la construcción de una sociedad libre, euskaldun y socialista.

Sin embargo, han lamentado que «en los últimos tiempos, Anjel se ha sentido muy solo. Eso nos ha dicho la familia y así lo hemos sentido nosotros también a él».

«Él no encontró su lugar y nosotros no supimos ofrecerselo. Aprendamos de ello, protejámonos entre nosotros, querámonos cuando lo necesitemos, hablemos, tomémmonos el tiempo para estar para filosofar, para estar juntos para sentirnos compañeros», han explicado, antes de recordar que la pérdida de Anjel Figueroa ha sido «consecuencia directa de una política carcelaria asesina».

Herrira

Esta mañana, Maider Caminos y Jon Garay, han trasladado la solidaridad de Herrira a la familia de Figueroa y han reclamado el fin de las medidas de excepción que se aplican a los presos vascos, porque «vulneran los derechos humanos, siguen generando mucho sufrimiento y se cobran muertes como la que acabamos de conocer».

Han recordado que el algortarra «vio cómo su dolencia se agravaba en prisión, conoció la desatención médica, el ensañamiento y el chantaje», y que a pesar de que los síntomas de su epilepsia se empezaron a manifestar de forma grave en 2005, le denegaron la aplicación del artículo 92 y lo alejaron a la cárcel de Córdoba. Finalmente, fue excarcelado en 2008 para cumplir el resto de la pena en su domicilio, con todas las restricciones que este régimen penitenciario conlleva».

Los integrantes de Herrira han recordado que hay quince presos «que se encuentran en la misma situación por la que pasó Anjel, con graves dolencias, presos y dispersados», y que a pesar de ello los estados español y francés «siguen jugando con sus vidads, sabiendo que la cárcel está agravando su situación». De esta forma, han denunciado, el número de presos enfermos, lejos de disminuir, aumenta, como ejemplo los dos últimos casos diagnosticados: Ibón Fernández Iradi y Ventura Tomé.

Han reivindicado que los presos enfermos deben ser puestos en libertad para poder tratar sus enfermedades en condiciones dignas y adecuadas, «sin ningún tipo de restricción que dificulte un tratamiento idóneo».

Herrira ha hecho un llamamiento a toda la ciudadanía a salir a la calle por el fin de «todas las medidas de excepción, el sufrimiento y una esperanza de resolución y paz para este país». En ese sentido, ha instado a acudir a la manfiestación que tendrá lugar mañana en Tafalla y a participar en las movilizaciones convocadas para el 20 de marzo en decenas de localidades.