Un día que los aficionados blanquiazules nunca olvidarán
La afición de la Real vivió ayer un día que nunca olvidará. A pesar de la derrota, los seguidores blanquiazules disfrutaron con una jornada intensa y emotiva en un campo mítico y eso hizo menos amargo el sabor de la derrota tras un día entero sin dormir porque se despertaron antes de las cuatro de la mañana y 24 horas después estaban de viaje de vuelta.
Para las cinco de la mañana empezaron a salir autobuses desde Donostia hacia todos los aeropuertos de Euskal Herria. De todos, el de Foronda se convirtió en la principal plataforma de despegue y aterrizaje de la ilusión realista. La mayoría de aficionados hicieron el viaje de ida y de vuelta en el día y, entre todos ellos, los más madrugadores fueron los de la Peña Txirritako Txuriurdinak, la primera que fletó y cerró un vuelo charter.
Dicen que al que madruga Dios le ayuda y el más madrugador fue Joserra Berasategi, presidente de la Peña Txirritako Txuriurdinak: «Desde que salió el sorteo teníamos claro que queríamos venir a Manchester, pedimos presupuestos a un par de empresas de vuelos charters y cuando la Real nos confirmó que había disponibilidad de las 180 entradas que necesitábamos atamos el desplazamiento, lo pusimos a la venta y en tres horas se vendió el avión».
En el vuelo charter viajaban los integrantes de la Peña, los 60 socios y sus acompañantes, además de miembros de Beti Erreala, de la Peña Alza, Gure Borda y Aurrera. Es una de las peñas más activas de la Real: «Movemos unos diez o doce viajes al año» Su presidente y su mujer, Iratxe Aranburu, los dinamizadores del grupo, admiten que éste es el viaje más especial que han organizado.
Al aterrizar en Manchester todos los seguidores de la peña Txirritako Txuriurdinak y el resto de los blanquiazules fueron trasladados en autobús al campo de Old Trafford y desde allí se dirigieron en tranvía al centro de la ciudad, donde se concentró durante todo el día un ambiente que, como la meteorología mejoró con el paso de las horas. La lluvia recibió a los aficionados blanquiazules, pero poco a poco desapareció y el ambiente crecía conforme se vaciaban los barriles de cerveza de los bares que hicieron su agosto en el mes de octubre.
Sobre todo uno de la única zona de bares en la que fue permitido beber alcohol en la calle en espacio acotado. Lo que no se pudo acotar fue la marea blanquiazul que se formó cuando se unieron todos los aficionados blanquiazules para desplazarse juntos hasta Old Trafford en la kalejira. Fue impresionante, algo que no olvidarán todos los aficionados blanquiazules que coparon toda la zona reservada para los aficionados visitantes y rivalizaron con sus cánticos con los de los aficionados del Manchester United para convertir el fútbol en un espectáculo que solo se puede encontrar con la magia de un campo como el de Old Trafford.
Solo faltó para que la fiesta fuera completa que la Real lograra la victoria, pero la derrota no pudo impedir que los aficionados quedaran satisfechos por vivir una jornada muy especial.