Avakov ha informado en Facebook de que unos 20 «terroristas» han sido «liquidados y cuatro apresados» en la ciudad de Mariupol.

«La mayoría de asaltantes han tirado las armas y se han escondido en diferentes barrios de la ciudad», ha detallado.

Los enfrentamientos se han producido en las inmediaciones de la sede de la policía en la ciudad, que los prorrusos han intentado tomar.

«Hubo un intento de tomar el edificio. Estalló un tiroteo que desembocó en un enfrentamiento a gran escala coincidiendo con la llegada de los refuerzos del Servicio de Seguridad y la Guardia Nacional», ha añadido el ministro ucraniano.

Avakov ha confirmado también que, debido a los enfrentamientos, también ha fallecido un soldado leal a Kiev.

Según fuentes sanitarias regionales citadas por Efe, tres personas han perdido la vida por disparos de bala en Mariupol y otras 25 han resultado heridas.

De acuerdo con los prorrusos, el tiroteo se ha producido durante el asalto por parte de las fuerzas ucranianas a la sede policial, donde se encuentra atrincherado un grupo de agentes que se niega a acatar las órdenes del Ejecutivo de Kiev.

Más de mil personas se han dirigido al edificio para impedir la detención de los policías insubordinados, pero las fuerzas leales a Kiev, que cuentan con el apoyo de blindados, los han recibido con disparos de advertencia al aire, según la misma versión.

Otras fuentes han precisado que los que se encuentran atrincherados no son policías, sino efectivos armados de la autoproclamada República Popular de Donetsk, que ha convocado para el domingo el domingo un referéndum de independencia.

Entre los heridos figura un reportero de la televisión rusa RT, quien ha recibido un disparo en el estómago pese a ir protegido con un chaleco antibalas, según la directora del canal, Margarita Simonian.

El Ministerio de Defensa de Ucrania anunció ayer que proseguirá con la ofensiva contra los prorrusos sublevados en el este del país, incluso si se aplaza el referéndum del domingo.

Los prorrusos han rechazado por unanimidad la petición del presidente ruso, Vladimir Putin, de aplazar la consulta, que Kiev tacha de «estafa política» y «aventura» sin perspectivas de éxito.