«Vamos a crear una red ciudadana entre diferentes que tenga como primer objetivo acabar con la dispersión». Las palabras de la cantante Ines Osinaga fueron respondidas con una ovación cargada de compromiso por el público congregado ayer en el Bilbao Arena, donde tuvo lugar la multitudinaria puesta de largo Sare. Los impulsores de esta malla civil, confeccionada para defender los derechos humanos de los represaliados vascos, lograron llenar un pabellón con capacidad para 10.000 personas, salvo lógicamente el fondo trasero al escenario.
Durante su intervención, Osinaga, que estuvo acompañada por el actor Galder Pérez, denunció las medidas de excepción impuestas por los gobiernos de Madrid y París contra los presos y presas vascas y recordó los efectos de la dispersión penitenciaria, que durante 25 años ha condicionado y sigue condicionando la vida de miles de personas. «Es suficiente, ya basta», proclamó.
Asimismo, Pérez relató que la dispersión es contraria al derecho internacional, y supone un «castigo añadido» a los allegados de los represaliados vascos, que cada fin de semana recorren cientos de kilómetros para ver a sus seres queridos. En este sentido, recordó lo ocurrido el pasado fin de semana, cuando una mujer perdió la vida y tres familiares de Ugaitz Perez resultaron heridos tras sufrir un accidente a la altura de Tutera.
Estos familiares, entre ellos Jone Artola, hospitalizada a consecuencia del siniestro, regresaban del penal de Alboccaser, situado en Castelló. «Sabíamos que hoy [en alusión a ayer] querías estar con nosotros, recupérate cuanto antes», le deseó el actor, que anunció la puesta en marcha de un «trabajo conjunto» que ayude a «sensibilizar y concienciar a la gran mayoría social de Euskal Herria».
Así, avanzó la publicación de «El Libro de la Dispersión», un «importante soporte» para «dar a conocer al mundo qué es la dispersión. Empezando desde nuestro pueblo o ciudad hasta cualquier otro punto del mundo». «En este libro explicaremos su injusta y cruel realidad. Los haremos llegar de una manera clara, sin tapujos y contando lo que nos toca sufrir semana tras semana, de tal forma que cualquier persona la pueda reconocer desde un punto de vista jurídico, social y humano», añadió.
El Libro de la Dispersión
Sare se ha propuesto repartir en diferentes puntos del planeta una cifra descomunal: 500.000 ejemplares. Un ambicioso objetivo que marcará paralelamente la manifestación del 10 de enero. «Hagamos que el mundo sienta las firmes pisadas de miles y miles de personas en las calles de Bilbo mediante una gran movilización para impulsar el reto de hacer llegar los libros hasta el último rincón del planeta», adelantó.
Para lograr que el libro traspase fronteras es necesaria la implicación de los sarekides, que actuarán como correa de transmisión. «Persona a persona, pueblo a pueblo. Debemos conseguir que la red esté conformada por miles de sarekides conectados entre sí», detalló Osinaga. En un folleto repartido al comienzo del acto, Sare hace hincapié en la necesidad de hacer partícipe a la ciudadanía en masa para lograr que este Libro de la Dispersión tenga la mayor difusión posible. «¿Quién no tiene un vecino receptivo o amistades en el extranjero? Que sepan, de nuestra mano, cuán vengativa es la política penitenciaria de los estados español y francés». Una política que, remarcaron, debe terminar para poder lograr la paz definitivamente.
«Construyamos una red de personas que pivote su quehacer en la defensa de los derechos humanos, la resolución y la paz. Contagiémonos de la idea de que acabar con la dispersión es posible y contribuye a un fin mayor. Si lo hacemos juntos y juntas, sí que es posible», reivindicó Galder Pérez.
En cuanto al acto en sí, en Miribilla se sucedieron las actuaciones musicales y los montajes audiovisuales. En un vídeo, el catedrático de Derecho Administrativo Iñaki Lasagabaster puso énfasis en que, según la Constitución española y la jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, los presos y presas vascas tienen derecho a cumplir sus penas en prisiones situadas cerca de su hogar. «No se están respetando los derechos fundamentales», remarcó tras explicar que la Justicia europea falló en contra de las política de dispersión en respuesta a una denuncia presentada por presos rusos.
Por citar algunas voces, la profesora Jule Goikoetxea tildó la dispersión de «destierro», además de castigo a los familiares y allegados. Algo de lo que puede dar fe el bertsolari Igor Elortza, que padece en primera persona los efectos de la dispersión como otros muchos miles de vascos. «Una cosa es saber de ella y otra conocerla», apuntó.
Además, los asistentes presenciaron un vídeo protagonizado por Txaro Artola, Maika Tameron, Iñaki Zabaleta, Begoña Errazti, Nazario Oleaga, Ainhoa Etxaide, Javier Madrazo, Joseba Azkarraga, Asun Landa, Joan Mari Torrealdai, Eugenio Etxebeste, Willy Toledo, Uxue Barkos, Carlos Olalla, Axun Lasa, Toti Martínez de Lezea, Roda Rodero, Juan Mari Olano, Juan José Ibarretxe y Carlos Garaikoetxea. Todos ellos sobradamente conocidos por su labor profesional, política, sindical o social. Destacaba la presencia de los dos exlehendakari, así como la de Rodero, viuda de Joseba Goikoetxea, muerto en atentado de ETA en 1993.
Antes de concluir, los sarekides presentes en el Bilbao Arena entrelazaron sus manos para escenificar así la enorme red que se empieza a tejer. Miles de personas se unieron para reclamar la derogación de las medidas de excepción mientras una veintena formaba un lema en el centro de la cancha: «Saretuz dispertsioarekin bukatuko dugu».
El acto de ayer no es sino el inicio de un largo camino que Sare espera que dé los primeros grandes frutos en primavera. Para entonces esperan que El Libro de la Dispersión haya removido conciencias por todo el mundo. Entre tanto, la ciudadanía vasca tiene una gran cita ese 10 de enero de 2015 en el centro de la capital vizcaina.
«Seremos tantos y tantas que haremos que el mundo entero se mueva y se conmueva ante semejante movilización. El día 10 de enero nos van a oír. Reclamaremos todos los derechos humanos», anticipan las personas que forman Sare, un proyecto «dinámico, aglutinador, enriquecedor e inclusivo, en que cabe toda persona que defienda los derechos humanos».
«Euskal presoak etxera»
El acto de Miribilla resultó muy visual, tanto por las intervenciones en formato de vídeo como por las actuaciones que se fueron sucediendo en la cancha del pabellón. En algunos momentos se escuchó un único grito, reclamando la vuelta de los presos vascos a sus casas. También se veían desde banderolas por la repatriación hasta alguna bandera catalana, pero en un ambiente más bien sobrio.
I.S.