El Govern está «absolutamente determinado y decidido, en todo aquello que depende de nosotros, a llevar a cabo el proceso. Todo está a punto». Con estas palabras, el president, Artur Mas, reforzó ayer el anuncio realizado por el Govern el martes y certificó que, a día de hoy, el proceso participativo del próximo domingo sigue en pie. De esta manera, la pelota regresa al tejado del Estado, a la espera de ver si jueces y fiscales se mueven para tratar de forzar a Mas a echarse atrás. De momento, hoy se tendrá que posicionar al respecto el Tribunal Supremo, que se reunirá para decidir si da por buenos los argumentos de la Generalitat y decide suspender la impugnación del Gobierno español contra el 9N. Sobra decir que nadie espera sorpresas.
Mas habló de la situación actual en una extensa intervención matinal en el Forum Tribuna Catalunya, en la que aseguró que no sabe «qué nos encontraremos de aquí al domingo». «En lo que depende de nosotros, va adelante, que ya es mucho», añadió. El president pidió «no tener miedo» y recomendó también «desdramatizar» la situación: «El error más grande que podría cometer Catalunya esta semana es perder la calma, la serenidad y esta manera de hacer las cosas que es un enorme patrimonio colectivo». Asimismo. Mas informó que el 10 de noviembre enviará una carta al presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, «para hacer un balance de lo que haya pasado el día 9N y recordarle que queda pendiente un referéndum definitivo».
Nada dio a entender ayer que, esta vez, las demandas de Mas puedan surtir algún efecto. El ministro de Hacienda, Cristobal Montoro, recordó que «ni Mas ni ninguno de nosotros tenemos la capacidad de decidir cuándo aplicamos una ley o no» y consideró que «el Constitucional ha sido muy claro».
Más histérica, la líder del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, aseguró que denunciará el envió de cartas informativas sobre el 9N por parte de la Generalitat, mientras que el incontinente presidente extremeño, también del PP, consideró que si el 9N sigue adelante, «tiene que haber una respuesta del Tribunal Constitucional».
Sobre la aplicación de la suspensión del TC, el ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, se mostró «seguro» de que los Mossos d'Esquadra harán cumplir la ley, aunque no quiso explicar la llegada de cerca de un millar de policías españoles y guardias civiles a Catalunya. Una llegada que ha dado pie a todo tipo de especulaciones.
Denuncia internacional
Esta actitud cerrada del PP y del Estado español es el eje de la protesta que cargos electos de CiU, ERC, ICV-EUiA y CUP elevarán próximamente a instancias internacionales. Ayer, alcaldes, diputados, senadores y eurodiputados de las tres primeras formaciones firmaron un documento que se enviará a la ONU, al Parlamento Europeo, a la Comisión Europea, al Consejo de Europa y a la OSCE. La CUP declinó participar en el acto de ayer en el Parlament -consideró que el 9N es la única prioridad-, pero sus cargos electos firmarán el documento el domingo, cuando también se pondrá a disposición de la ciudadanía.
El texto recuerda que «las instituciones catalanas han empleado todas las vías legales para poder celebrar un referéndum o consulta», pero que ha topado con la «falta de voluntad política» del Gobierno español, algo que les lleva a sentirse «legitimados para emprender todas las actuaciones políticas necesarias para conocer la voluntad mayoritaria del pueblo de Catalunya en relación a su futuro político». También pide a las instituciones receptoras del documento que «lleven a cabo todas las actuaciones necesarias para garantizar que la ciudadanía de Catalunya pueda decidir, democráticamente, su futuro político».
El documento se entregará a las mencionadas instituciones pasado el 9 de noviembre, una fecha que tras la suspensión del TC ha adquirido una importancia todavía mayor y que día a día recibe nuevas adhesiones, incluida la del líder de Unió Democràtica, Josep Antoni Duran i Lleida, que ayer anunció que irá a votar, aunque no reveló el sentido de su voto. Mientras, en la calle, los catalanes aguardan el domingo con impaciencia y con el voto ya preparado. Una muestra: el cierre de este texto tuvo como banda sonora la cacerolada que, como el martes, resonaba en toda Barcelona contra el Estado y por la consulta.