R.S. BILBO

Bilbo mide la presión social contra la dispersión con renovadas esperanzas

Decenas de miles de personas tomarán hoy el metro, el autobús, el tren, el coche e incluso el barco (caso de los jóvenes de Ezkerraldea) para reivindicar en las calles de Bilbo que los ataques a los derechos humanos de las personas presas y sus familias deben acabar y hacerlo «ahora». Será también un lanzamiento masivo para la red Sare y una gigantesca expresión de solidaridad con las víctimas de la política carcelaria. Todo ello en un año que renueva expectativas.

La situación de las personas presas y sus familiares y amigos volverá a concitar hoy en Bilbo la mayor movilización de los últimos meses. Será casi imposible que supere el volumen de la del pasado año, que se desarrolló en un ambiente más convulso por un doble motivo: la redada policial tres días antes contra mediadores de EPPK y la prohibición de la movilización original ``Tantaz tanta'' dictada por la Audiencia Nacional justo en la víspera, a la que siguió otra convocatoria fulminante apoyada incluso por el PNV. Los prolegómenos han sido esta vez más tranquilos, y lógicamente también más fríos, para un problema que continúa enquistado; hay algunas decenas de presos menos que hace doce meses, producto de un mero goteo de excarcelaciones al cumplir condenas, aunque están más lejos de casa por término medio.

La reivindicación se mantiene, pero la movilización tiene novedades en forma y fondo. El convocante es Sare, el movimiento en forma de red basado en compromisos individuales de diferente nivel que se presentó en setiembre en Miribilla y ahora realiza su primera movilización de masas, que a su vez ayudará a su propia conformación. Será una marcha silenciosa, basada en dos manifestaciones que confluirán en la Plaza de Zabalburu, con un acto final en torno a las 18.15.

Allí no solo habrá actuaciones e intervenciones, sino que los participantes en la movilización serán auténticos protagonistas. Cada uno habrá recibido dos señales luminosas que se encenderán al unísono en ese momento, lanzando así al mundo un mensaje gráfico contra la política carcelaria. Las luces simbolizarán que la mayoría social vasca ve claro el objetivo pese al intento de los dos estados de seguir manteniendo en las tinieblas la situación de los presos y todo el proceso de resolución en general.

La movilización de Sare se apoya sobre adhesiones individuales, que son plurales y de renombre, demostrando así que el consenso social en contra del bloqueo penitenciario va aumentando. Por citar algunos nombres de los 101 que la red pone como referencia, arropan esta cita Santiago Alba Rico, Antonio Alvarez Solís, Jagoba Arrasate, Txaro Arteaga, José Ángel Cuerda, Anje Duhalde, Pedro Miguel Etxenike, Itziar Ituño, Mati Iturralde, Karmele Jaio, Kepa Junkera, Gorka Knörr, Maider Unda, Axun Lasa, Aitor y Amaia Merino, Fermin Muguruza, Juanito Oiartzabal, Aimar Olaizola, Willy Toledo o Bernardo Atxaga.

No obstante, a nivel colectivo también hay apoyos relevantes; destaca que por la parte sindical solo UGT estará ausente. En el ámbito político, lo que destaca es la ausencia del PNV, que sí envió una representación el pasado año, si bien tanto el partido como el Gobierno Urkullu afirman compartir las demandas de la manifestación.

El acto tiene otra vertiente más: trasladar un enorme caudal de solidaridad a presos y familiares. Estos acudirán a Bilbo tras renunciar a las visitas de este fin de semana y encabezarán las dos caravanas que partirán hacia Zabalburu, acompañados de las furgonetas solidarias de Mirentxin con las que viajan tantas veces a las prisiones.

Contexto

Si bien el bloqueo en la cuestión carcelaria se mantiene, la manifestación se produce en un contexto que puede dar paso a algunos desbloqueos. El hecho más inmediato es la reunión del Tribunal Supremo español el martes para unificar criterios sobre el cómputo de cumplimiento de condenas homologado a nivel europeo; si asumiera esta tesis, varios presos vascos deberían ser excarcelados y resultaría imposible alargar las condenas de otras decenas, como pretende el Gobierno del PP.

Por otro lado, en semanas la Audiencia Nacional debe decidir sobre las denuncias contra la dispersión presentadas por un grupo de presos vascos en situación especialmente delicada, al estar enfermos, tener más de 70 años o llevar más de dos décadas en la cárcel. Reclaman su acercamiento a Zaballa. EPPK indica en su comunicado de ayer que espera al desenlace de esta iniciativa para tomar nuevas decisiones dentro de la vía marcada hace ahora un año.

Los partidos se interesan por la posición de EPPK

El comunicado de EPPK fue esta vez, contrariamente a la norma, valorado por todos los partidos vascos, y especialmente la disposición expresada por los presos a abordar la iniciativa Zuzen Bidea de la Secretaría de Paz y Convivencia de Lakua. El portavoz del Gabinete Urkullu, Josu Erkoreka, acusó recibo de esta voluntad positiva, aunque con frialdad y sin explicitar si Lakua está dispuesto a entablar un diálogo directo con la representación del Colectivo, como EPPK ofrece. Erkoreka dijo que esperarán «a ver cómo se materializa ese interés por documentos del Gobierno Vasco» .

Cuestionó Erkoreka acto seguido que «en diciembre de 2013 se comprometieron a actuar en el marco de la legislación penitenciaria y luego es francamente poco lo que se ha hecho en este terreno». Cabe recordar que ha sido la Administración penitenciaria la que ha rechazado sus peticiones individuales de acercamiento, a lo que han seguido las denuncias ante la AN que están en trámite ahora.

EH Bildu ve en el comunicado «voluntad de dar pasos adelante», dijo Pello Urizar. Para Arantza Quiroga (PP), «están enrocados en justificar su pasado». Idoia Mendia (PSE) cree que son responsables de su situación.