Beñat Zaldua
IRUÑEA

Las encuestas y la mortadela

Beñat Zaldua
Beñat Zaldua

Si la memoria no patina, fue el político colombiano Horacio Serpa el que comparó en su día las encuestas con la mortadela: «Nadie sabe de qué están hechas, pero todo el mundo se las come». Ayer no fue una mortadela, sino un sombrero, lo que a punto estuvo de tener que comerse el exlíder de los Liberales británicos Paddy Ashdown. El sondeo a pie de urna publicado por la BBC en la noche del jueves contradijo lo que las encuestas auguraban sobre las elecciones británicas y anticipó la amplia mayoría de Cameron. «Si el sondeo es cierto me comeré un sombrero», soltó Ashdown en la misma BBC. Al día siguiente, en el mismo plató de televisión, el político retirado se encontró encima de la mesa la mayoría absoluta de los conservadores y un sombrero.

No es, de lejos, el único caso en el que las artes demoscópicas han derrapado. Uno recuerda las elecciones catalanas de 2012, convocadas por Artur Mas al calor de la primera Diada multitudinaria organizada por la ANC. No fueron pocas las encuestas que auguraron la mayoría absoluta para CiU y, desde luego, ni una sola porra electoral predijo que Mas perdería 12 diputados, como finalmente ocurrió.

Sobre Nafarroa, que de eso se trata al fin y al cabo, las nueve encuestas publicadas hasta ahora (recogidas en el especial de Naiz sobre las elecciones) dan pie a creerse cualquier resultado, mientras que los dos precedentes recién nombrados dan pie a no creerse nada. Aparquemos pues las encuestas. No hay nada ganado, ni mucho menos perdido. Solo una final abierta y dos semanas para jugarla.