Serena Williams, de 33 años, no ha dado opción a Muguruza, de 21, que ha disputado este sábado en la pista central del All England Tennis Club de Londres su primera final de Grand Slam.

Con esta victoria en Wimbledon, la menor de las hermanas Williams, que ya ha conquistado los títulos en el Abierto de Australia y en Roland Garros, da un paso más en su camino a conseguir el Grand Slam esta temporada, un hito que sólo han logrado tres tenistas hasta ahora: la alemana Steffi Graf, la australiana Margaret Court y la estadounidense Maureen Connolly.

El juego de la tenista de origen vasco, cuyo mejor resultado hasta ahora en un ‘grande’ fueron los cuartos de final en Roland Garros (2014 y 2015), ha dado un salto de calidad sobre la hierba londinense, pero este sábado ante sí tenía a la tenista que ha dominado el circuito femenino en las últimas dos décadas.

En los primeros juegos parecía que se habían cambiado las tornas, con una Muguruza mostrando un aplomo impropio de una debutante en una final y una rival errática, que solo en el primer juego ha cometido tres dobles faltas –había hecho 13 hasta ahora en el torneo–.

Los 15.000 espectadores presentes en las gradas de la central de La Catredal han visto como Garbiñe Muguruza se ponía 3-1 arriba y Serena Williams, que aspiraba a conquistar el título 13 años después de lograr el primero, no encontraba la forma de parar a una rival que le jugaba de tú a tú.

Sin embargo, mediado el primer set, la ganadora de 20 ‘grandes’ –21 ahora– se ha asentado en la pista y, aferrada a su derecha (29 derechas ganadoras en el partido) ha empezado a encontrar su tenis.

En el octavo juego ha llegado el punto de inflexión del choque, después de que Williams le rompiera el servicio a Muguruza y se haya puesto por delante por primera vez.

Después de 44 minutos, y con otra ruptura más, la estadounidense ha acabado llevándose la primera manga por 6-4.

Se ha desconectado Muguruza al inicio del segundo set, nerviosa y estática, sin moverse apenas por la pista e incapaz de frenar los primeros servicios de Serena, a 180 kilómetros por hora.

Los problemas de la tenista nacida en Venezuela se han acrecentado cuando su rival ha aprovechado los puntos de ‘break’ de los que ha dispuesto para ponerse con 5-1 y servicio.

En ese momento ha sido cuando ha regresado la mejor versión de Garbiñe, la del comienzo del partido, que, entre los «¡Vamos, Garbi!» y «Come on, Muguruza» del público, le ha roto dos veces el servicio a su rival y se ha llevado el suyo para ponerse con 5-4 y saque.

La estadounidense ha hecho valer su mayor experiencia para, ahora sí, romperle el servicio a Muguruza en blanco y hacerse, trece años después de su primer título en Londres, con su sexto Wimbledon y mantener vivo el sueño del Grand Slam.