«Lo que vivimos ahora es algo que nos seguirá ocupando los próximos años, nos cambiará, y queremos que el cambio sea positivo y pensamos que podemos lograrlo», declaró ayer la canciller alemana, Angela Merkel, cuyo Gobierno anunció que destinará 6.000 millones de euros para hacer frente al flujo masivo de refugiados que llegan a Europa con Alemania como destino preferente. Solo en los últimos tres días, el país germano ha recibido a 22.500 personas, algo que consideró «emocionante e impactante».
Merkel dijo alegrarse de que «Alemania se haya convertido en un país que la gente asocia a la esperanza, es algo muy valioso si miramos nuestra historia», pero volvió a apelar a un «esfuerzo de la Unión Europea (UE)» al considerar que Alemania, Austria y Suecia no pueden ser «los únicos» países que acojan a refugiados. «No es posible decir (para algunos países): ‘no tengo nada que ver con esto’», sostuvo la canciller, quien, no obstante, confió en que «la dinámica de lo que pasa no quedará sin efecto».
Pero a la espera de que la Comisión Europea (CE) proponga mañana cómo repartir los 120.000 refugiados que Bruselas quiere realojar en Europa en los dos próximos años –Turquía, Líbano y Jordania acogen a alrededor de cuatro millones de sirios–, el presidente francés, François Hollande, se comprometió a amparar a 24.000 refugiados, y el primer ministro británico, David Cameron, ofreció recibir a 20.000 en los próximos cinco años. Cameron dijo que Gran Bretaña «demostrará que es un país lleno de compasión, que se moviliza por sus valores y ayuda a los necesitados», pero quiso dejar claro que la oferta es solo para quienes escapan de la guerra en Siria, destacando la importancia de «diferenciarlos» de los inmigrantes.
Esta propuesta de Bruselas se añade a la reubicación de otros 40.000 refugiados anunciada en mayo y que solo afectaba a los que se hallaban en Italia y Grecia. Está previsto que la CE proponga a Alemania acoja a 31.443 solicitantes de asilo (26,2%) llegados a Italia, Grecia y Hungría, que el Estado francés reciba a 24.931 (20%) y el Estado español, a 14.931 (12,4%).
Chipre dijo estar dispuesto a aceptar unos 300 refugiados, preferentemente «cristianos ortodoxos», y Bélgica afirmó que acogerá a 250 refugiados llegados al estado alemán de Baviera.
La República Checa y Eslovaquia volvieron a rechazar la obligatoriedad de las cuotas y junto con Hungría, que ayer recibió una nueva ola de refugiados procedentes de Serbia, insistieron en que hay que proteger las fronteras exteriores de la UE, incluso con el Ejército.