Rusia desplegará sistemas de misiles antiaéreos S-400 en la base aérea siria de Jmeimim, a 30 kilómetros de la frontera con Turquía, donde tiene emplazados los aviones que participan en la misión en Siria, según ha anunciado el ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigu.
El S-400, complejo de defensa antiaérea de última generación, «garantiza el derribo de objetivos aéreos a una distancia de 250 kilómetros y de misiles balísticos no estratégicos a 60 kilómetros». El complejo es capaz de derribar de forma simultánea 36 objetivos, mientras que puede apuntar a 72.
El Estado mayor ruso anunció ayer que también sus cazas acompañarán a partir de ahora aviones rusos en misiones de bombardeo en territorio sirio, después de que dos F-16 turcos derribaran un Su-24 ruso en la frontera turco-siria.
Además, el acorazado Moskvá, buque insignia de la flota rusa del mar Negro, navegará en la zona costera cercana a Latakia para apoyar con sus baterías antiaéreas Fort, similares a los S-400, las misiones de la agrupación aérea rusa que actúa en Siria.
Putin no descarta nuevos incidentes y advierte que reaccionará
El presidente ruso, Vladímir Putin, acusó ayer a Turquía de ser «cómplice del terrorismo» y advirtió de que el derribo del Su-24 «tendrá graves consecuencias para las relaciones» entre Rusia y Turquía.
«Después de lo sucedido ayer, no podemos descartar otros incidentes, y si éstos tienen lugar, reaccionaremos de una u otra forma. Y nuestros ciudadanos que se encuentran en Turquía pueden correr un serio peligro», ha advertido.