Ante una sala repleta, Altza ha sido escenario hoy de una extensa charla en la que el abogado Iñigo Iruin y el forense Paco Etxeberria, con la ayuda del periodista Mariano Ferrer, han analizado en detalle lo ocurrido entre el 26 de noviembre de 1985, el día como hoy de hace 30 años en que desapareció Mikel Zabalza, y el 15 de diciembre, cuando su cadáver apareció en las aguas del Bidasoa. El ministro José Barrionuevo lo había pronosticado apenas cuatro días antes.

Tanto uno como otro, con la experiencia y el rigor que les caracteriza, han ido mostrando cómo se fue construyendo la versión oficial, tras un momento inicial en la que la Guardia Civil no parecía tener claro si mantener desaparecido el cuerpo o hacerlo aparecer. Una versión que, sin embargo, se acabó de delatar a sí misma cuando se hizo la inspección ocular de la zona de Endarlatsa el día 7 de diciembre.

Han aportado además el contexto de la época, marcado por la impunidad sobre todo en Intxaurrondo, lo que da más credibilidad a la tesis generalizada de que Zabalza murió ahogado en interrogatorios en sus calabozos. Etxeberria ha reconocido que tal hecho no pudo probarse con los métodos forenses de la época, pero que quizás ahora sí hubiera quedado acreditado.

GARA ofrecerá mañana una amplia crónica sobre esta mesa redonda.