El caso de Joxe Arregi ha quedado para la historia como la más cruda e innegable prueba de la tortura. Por un lado están las fotos realizadas al cadáver, completamente amoratado, obtenidas de modo clandestino el día de su entierro en Zizurkil. Y por otro, el testimonio de tres presos políticos de diferentes organizaciones que compartieron con él sus últimas horas de agonía y que difundieron esta «denuncia pública», arrojándola por la ventana del Hospital Penitenciario de Carabanchel. Fue publicada en su día por «Egin» y obtuvo importante eco en medios internacionales. GARA la reproduce hoy, en este 35 aniversario, tal y como se escribió, con sus tachones, sus erratas ortográficas e incluso sus manchas de sangre, pero sobre todo con frases y datos que resumen el drama de este ciudadano vasco. Constituye además una de las mayores pruebas arrancadas a un sistema absolutamente opaco, destinado a garantizar la impunidad. Pese a ello, tampoco hubo culpables en este caso, aunque inicialmente se señaló a más de 70 agentes participantes en los interrogatorios. Lo que allí ocurrió se cuenta aquí. Un documento tan estremecedor como real.