En una rueda de prensa en Donostia, Barrena ha apuntado que el balance del lehendakari es «gris y anodino, es cero en materia de paz», al tiempo que ha criticado «la actitud patética de Urkullu, que parece que está asustado por la salida de Otegi».

Barrena ha destacado que el lehendakari está «contraprogramando» tras la puesta en libertad del líder independentista.

Ha criticado que, durante su visita a la planta de Michelin en Gasteiz, Urkullu recordara únicamente a Luis Abaitua, el exdirector de la fábrica que fue secuestrado 1979 por ETA, en clara alusión a Otegi, condenado en su día por este hecho, obviando a otros trabajadores de la planta que también fueron víctimas de acciones de la organización armada.

El portavoz de Sortu ha indicado que le parece justo que se haga referencia a las víctimas, pero le ha afeado a Urkullu no haberse acordado de todas y, en ese sentido, le ha recordado que también podría haberse referido a Rafa Díez, extrabajador de Michelin.

Pernando Barrena ha afirmado que Sortu no aceptará que «empiece a hacer campaña a costa de las víctimas, ni la supuesta superioridad moral de la que hace gala el PNV respecto a la izquierda abertzale».

Además, ha destacado que la formación jeltzale «se frotó las manos con la ilegalización de la izquierda abertzale y la Ley de Partidos», y ha señalado que el PNV «ha utilizado la violencia con fines políticos».

«Es socio fundador de la política de dispersión», ha asegurado, para preguntarle «cuándo va a hacer autocrítica con la violencia de Estado» porque a la izquierda abertzale «no le van a engañar» y no aceptarán «que se pongan de perfil con su pasado y sus responsabilidades».

20.000 personas en Donostia

Por otro lado, Barrena ha mostrado satisfacción de Sortu por la multitudinaria afluencia que tuvo el acto celebrado el pasado sábado en el Velódromo y sus alrededores. Estiman que fueron unas 20.000 personas las abarrotaron el Velódromo, la carpa contigua y las zonas aledañas.

Ha aplaudido que la gran afluencia sirvió para dar una «respuesta contundente» a Carlos Urquijo, delegado del Gobierno español en la CAV, que días antes de la liberación de Arnaldo Otegi solicitó la prohibición de los diferentes actos de bienvenida.