La dirección de Arcelor-Mittal ha anunciado en una reunión mantenida esta mañana con los representantes de los trabajadores su intención de cesar «parcialmente» la actividad en la planta de Zumarraga y «transferir los volúmenes de producción de la planta a otras fábricas del grupo», debido a las «condiciones excepcionalmente difíciles del mercado».

Su intención es recolocar a los empleados de Zumarraga en otras fábricas de la multinacional, según ha indicado en un comunicado, en el que asegura que la factoría se ha visto afectada «desde hace años por unas condiciones de mercado muy difíciles, que han llevado a un deterioro de los márgenes de más de un 20% desde 2012.

Arcelor-Mittal pretende también modificar las condiciones de trabajo de los operarios que puedan quedarse en Zumarraga.

Estos planes se llevarán a cabo a través de un «procedimiento colectivo de traslado», para lo cual, a partir de hoy, la compañía abrirá un periodo de consultas con la representación sindical «a fin de establecer el plan social asociado a esta medida de reorganización de la producción». Durante el proceso los trabajadores podrán acogerse al expediente de regulación de empleo vigente en todo el grupo siderúrgico.

La fábrica de Zumarraga produce alambrón, barras y redondo corrugado y, según la empresa, su rentabilidad se ha visto afectada, entre otros factores, por la «sobrecapacidad que hay en el mercado ibérico del producto largo».

La multinacional sostiene que «el efecto del incremento de los niveles de importaciones, combinado con un coste de producción no competitivo debido al elevado coste de la electricidad y a la necesidad de importar chatarra de elevado coste han llevado a un nivel de pérdidas insostenible».

ELA: «Un cierre en toda regla»

ELA ha denunciado que aunque Arcelor-Mittal les ha planteado el «cierre parcial» de la planta de Zumarraga, en realidad supone «un cierre en toda regla» de la factoría.

Ha precisado que, hasta el momento y «con prudencia», lo que ha planteado la empresa es un «cierre parcial que sería un cierre definitivo» y ha criticado que la dirección plantea recolocaciones para el personal fijo en otras plantas del grupo, pese a lo cual esto supondría «la muerte industrial» de Zumarraga.

La central ha expresado su «más rotundo rechazo» al planteamiento de Arcelor-Mittal y ha exigido a la multinacional india que «retire la amenaza de cierre».

Además, ha alertado de que además de los 350 empleos directos que se verán afectados por la decisión, el número se acerca a los 600 teniendo en cuenta al personal subcontratado y transportistas.

«Mas allá de las soluciones individuales que se planteen, que ya valoraremos, el tema es el proyecto industrial de Zumarraga, que es lo que está en juego ahora mismo», ha resaltado.

LAB: «Responde a un plan preparado de antemano»

Por su parte, LAB ha denunciado que el grupo indio «está jugando con el futuro de centenares de trabajadores, ocultando información, actuando sin piedad en función de sus intereses», al anunciar una medida que no es «una decisión improvisada» sino que «responde a un plan preparado de antemano».

«Ante esta situación hay dos opciones. O el Gobierno vasco sabía cuál era la intención de Arcelor-Mittal y, por lo tanto, ha sido cooperador necesario en la ejecución del plan o Arcelor-Mittal se ríe del Gobierno vasco y, por consiguiente, de la sociedad vasca», ha señalado en un comunicado.

La central abertzale ha exigido al Ejecutivo de Urkullu que «deje de hacer los recados de esta multinacionales en Bruselas y que empiece de una vez a trabajar para garantizar el futuro de los empleos del sector y el futuro de este».

El anuncio de Zumarraga llega apenas un mes después de que Arcelor-Mittal anunciara el cierre de la planta de Sestao al menos hasta fin de año.