Eusko Alkartasun ha hecho público un documento coincidiendo con motivo del Aberri Eguna en el que incide en que «el siguiente paso del movimiento abertzale debe ser abrir la segunda brecha soberanista en el Estado».
«Y eso pasa por seguir una agenda seria y realizar un importante esfuerzo para lograr adhesiones que incluye superar la dificultad para conseguir acuerdos entre los partidos políticos abertzales», ha destacado.
A su juicio, se trata de «la vía que está dando sus frutos en Catalunya y que Eusko Alkartasuna ha defendido siempre». Por ello, ha señalado que «el establecimiento de una agenda concreta precisa definir los próximos pasos a dar y la hoja de ruta que nos llevará, con el apoyo de la ciudadanía, a la independencia».
«Si la unidad de acción entre el conjunto del movimiento abertzale precisa que esa hoja de ruta asuma la vía hacia soberanía que defiende el PNV, estamos dispuestos a aceptarlo, siempre que haya un plan B en el que también los jeltzales estén dispuestos a comprometerse», indica la nota.
La bilateralidad del PNV
EA afirma que no rechaza la vía de la bilateralidad que el PNV quiere explorar porque cree que «todo proceso acordado es mejor que el rupturista», sin embargo, recuerda que «la bilateralidad es imposible con el Estado español centralista» y advierte de que no está dispuesta a esperar «eternamente a que alguien en Madrid se siente en una mesa de negociación, ya que eso es tanto como otorgar derecho de veto al Estado».
Ha recordado que «ya hace 16 años que en el documento ‘Hacia un nuevo marco jurídico-político para Euskal Herria’, EA defendía que el primer esfuerzo hacia la soberanía incluía una negociación política con el Estado, añadiendo que transcurrido un tiempo prudencial sin resultados positivos y agotadas las vías de negociación política, apostaría claramente por una declaración unilateral de soberanía por ley propia».
Por eso, aunque EA «tiene formulado su camino hacia la independencia y, además, como parte de EH Bildu, defiende la Vía Vasca, que es absolutamente compatible y muy similar» a su propuesta, se ha mostrado «dispuesto a acordar para asegurar que se comienza a caminar».
16 años después, ha añadido, tiene que reconocer «que la negociación con el Estado ha sido ensayada con el resultado de fracaso, fracaso de la democracia y ninguneo de la sociedad vasca. Así que es normal nuestro escepticismo. Si bien es cierto que, si hay alguna posibilidad de forzar al Estado a sentarse a negociar, es frente a una estrategia soberanista activa, por la vía de hecho», ha subrayado.
Por ello, ha afirmado que en esa «estrategia soberanista ayudaría mucho conseguir acuerdos amplios en clave nacional con el PNV» y Eusko Alkartasuna, «basándose en su experiencia y trabajo anterior, está dispuesta a propiciarlo».
«Porque, pese a quienes se sienten cómodos en el Estado y siguen tachando al independentismo como algo trasnochado, lo cierto es que la independencia es una necesidad, no solo para tener un marco político que responde a la identidad nacional de la mayoría, sino porque necesitamos estatalidad para los retos cotidianos», ha precisado.