Ainara Lertxundi

Balas convertidas en bolígrafos por la paz en Colombia

Balas convertidas en bolígrafos. Con estos «balígrafos», el Ministerio de Educación de Colombia pretende impulsar una cultura de paz. «Ayudará a marcar el comienzo de la primera generación que no tendrá que vivir en guerra», apuntan sus creadores.

Con miras a los escenarios que se abrirán tras los acuerdos que, eventualmente, firme el Gobierno colombiano con las FARC-EP y el ELN, instituciones, ministerios y equipos de comunicación llevan tiempo trabajando en lo que han denominado «pedagogía para la paz», un amplio terreno donde tienen cabida iniciativas de diversa naturaleza.

«Existe consenso en que, tras la firma de los acuerdos, el gran reto para el conjunto de la sociedad y el Estado es alistarse adecuadamente para su implementación. Ese alistamiento pasa por una intervención en la cultura, es decir, en el sistema de creencias, valores y actitudes sociales que nos han regido durante el largo conflicto y que debe ser transformado para la transición hacia el posconflicto y la construcción de la paz. La sociedad colombiana debe prepararse para transitar desde una ‘cultura de violencia’ hacia una ‘cultura de paz’, reconociendo que un conflicto tan prolongado y traumático ha afectado el modo en que pensamos, decidimos y actuamos colectivamente», subraya a GARA el Grupo de Pedagogía para la Paz de la Presidencia (GPP).

En este sentido, insiste en que la sociedad en su conjunto se enfrenta al reto de «cambiar los estímulos que han dado pie a las acciones violentas en el marco del conflicto armado e incluir nuevos imaginarios o representaciones generalizadas sobre el ser y el deber ser de una sociedad en tránsito hacia la paz y la reconciliación».

«Si los medios y las noticias enfatizan lo que el conflicto ha hecho de nosotros, la pedagogía para la paz debería poner el acento en lo que nosotros hacemos o podemos hacer con lo que el conflicto ha hecho de nosotros. Se trata de ocuparnos pedagógicamente de aquello que amerita ser informado y debatido, sin hacerles concesiones a la inmediatez ni a lo que está de moda; de considerar el inmenso repertorio de acciones que es posible incentivar y auspiciar persuasivamente, en los medios, desde los medios y por fuera de los medios», añade.

Con este objetivo, el Ministerio de Educación que dirige Gina Parody y la agencia McCann Worldgroup han lanzado los llamados «balígrafos» con los que pretenden simbolizar «la transición que tendrán los elementos que un día sirvieron a la guerra y que ahora educarán para la paz».

«Las balas, que fueron empleadas en combate, nos las entregó Indumil (empresa estatal colombiana fabricante de armas, explosivos y munición) y en el Ministerio nos encargamos de la limpieza de la pólvora», explicó la ministra Gina Parody.

Desde su Ministerio resaltan que se trata de «un símbolo del cambio, de la transición que Colombia vivirá en pocos meses, de un país donde las balas serán el pasado y la educación se convertirá en el presente y el futuro». Artistas, periodistas y una quincena de escritores ya los han recibido.

Uno de ellos fue entregado por el presidente Juan Manuel Santos al alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa, y a los rectores de la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín y de la Universidad Externado.

«Es una bala que se convierte en un bolígrafo para que firme los próximos diplomas de los graduados», manifestó el mandatario.

Cuatro vidas, un único deseo y abrazo

Otra de las iniciativas institucionales para concienciar a la sociedad sobre la importancia de la paz fue la divulgación en agosto pasado de un vídeo que bajo el título de “La Paz también está en tus manos” recoge el testimonio de cuatro jóvenes de ambos géneros y con trayectorias vitales muy diferentes. Mientras que dos ellos no han padecido el conflicto y sueñan con estudiar carreras de éxito, los otros han visto cómo disparaban a su padre y a un tío, y han tenido que salir huyendo de su casa ante la llegada de grupos armados. La fuerza de este audiovisual radica en los gestos y silencios de quienes ven el conflicto como algo ajeno.

El vídeo finaliza con un abrazo y deja en el aire un interrogante: «¿Les podría pasar algo peor? Sí... Que a ti no te importe».

Como indicó a GARA la excombatiente del ELN Leonor Esguerra, si la sociedad en su conjunto no se apropia de los acuerdos, difícilmente se lograrán las transformaciones que permitan una paz estable y duradera. «La guerra nos ha degradado a todos, a la guerrilla, al Ejército, a la sociedad… Dentro de esa degradación, ¿qué tipo de sociedad vamos a poder hacer? No te sabría decir; ésa va a ser una tarea de titanes», confesó.

 

El ministerio de turismo impulsa rutas por las zonas castigadas por el conflicto

Otra de las iniciativas institucionales del Gobierno de Juan Manuel Santos es la campaña «Seguro que te va a encantar», diseñada por el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo junto con el Ministerio del Posconflicto. Su finalidad es «redescubrir destinos turísticos en todo el país que se vieron afectados por el conflicto en distintas formas». «Comienza una etapa de cambio para que la industria de viajes se convierta en uno de los principales motores económicos para la generación de empleo y reconciliación», señalaron los promotores de estas travesías que comenzaron en marzo en Boyacá.

«Con paz, el turismo tendrá un crecimiento cercano al 30%. Es por eso que queremos impulsar ese desarrollo económico en las regiones y enseñarle a los viajeros una Colombia con paisajes mágicos y encantadores que están en destinos que nunca imaginaron que existían en el país», expuso la ministra de Comercio, Cecilia Álvarez-Correa. «Nuestro mapa en un contexto de paz se hace mucho más grande», añadió la viceministra de Turismo, Sandra Howard.A. L.