Se trata de una infraestructura con capacidad para 10.000 espectadores y cuyo coste supera los 60 millones de euros, sin que a día de hoy exista un uso para el mismo. Ante ello, el INDJ ha puesto en marcha una consulta y las propuestas se podrán enviar desde mañana hasta el 31 de agosto.
La consulta va dirigida a agentes y operadores de eventos de todo tipo (deportivos, culturales o congresuales). Es la primera vez que el Gobierno foral utiliza esta figura, denominada consulta preliminar de mercado, y que se basa en una normativa europea sobre contratación pública.
A partir de las propuestas y soluciones que se obtengan de la consulta preliminar de mercado, el Gobierno espera recabar un conocimiento suficiente de las soluciones óptimas para poder concretar las condiciones administrativas, económicas y técnicas, así como los criterios que deberán cumplirse en un eventual procedimiento de contratación u otro tipo de solución administrativa por el que se opte para la gestión y explotación del pabellón.
La convocatoria incluye una serie de requisitos para garantizar la solvencia técnica de las entidades participantes como haber ejecutado determinado tipo de contratos o haber participado de forma activa en eventos con asistencias superiores a 2.000 personas y con un volumen de negocio superior a 250.000 euros.
La construcción del Arena comenzó en 2009, pero fue en el 2011 cuando, debido a la crisis, desde UPN se dio orden de paralizar las obras. El escándalo tardó en saltar un poco más. Llegó cuando un informe de los funcionarios del Instituto Navarro de Deporte y Juventud (INDJ) concluyó que era inviable abrir el pabellón de forma continuada. A día de hoy, con la obra sin terminar, esa paralización puede provocar que se disparen los costes (debido a las indemnizaciones) hasta los 68 millones.