Erdogan ha confirmado esta cifra en una entrevista con la televisión árabe Al Yazira en la que ha analizado el fallido intento de golpe de Estado, tras el cual han sido apresados más de 6.000 militares y un centenar de policías, además de numerosos jueces y fiscales.
El mandatario ha asegurado asimismo que los dos pilotos que derribaron un cazabombardero ruso en la frontera turco-siria hace siete meses están detenidos y que la justicia les está investigando por su supuesta pertenencia a la «organización terrorista» del clérigo turco Fetullah Gülen, exiliado en EE.UU.
Preguntado por la posibilidad de reintroducir la pena de muerte en Turquía, abolida desde 2004, Erdogan ha asegurado que si el Parlamento respalda esa decisión no dudará en firmar esa norma «de forma inmediata. Esta decisión no está en mi mano, sino que tiene que tomarla el Parlamento, después del llamamiento del pueblo, que desea que haya pena de muerte».
«Todas las medidas que estamos tomando son legales y no vamos a violar nunca el estado de derecho, pero al mismo tiempo no vamos a dejar de cumplir con el deber que tenemos de cara al país», ha declarado. Erdogan ha asegurado que la OTAN le ha expresado su apoyo en estos días.
Hasta el momento, Ankara ha suspendido de empleo a unas 55.000 personas, desde maestros y arquitectos a jueces, policías y funcionarios de distintos departamentos, acusados de ser seguidores de Gülen, el cual ha negado cualquier implicación en la asonada.