Mariano Rajoy se presentará a la investidura en un «plazo razonable». Tras la cuarta ronda de contactos del jefe del Estado, Felipe de Borbón, el presidente en funciones ha aceptado su propuesta y abrirá un período de diálogo para buscar apoyos. En una comparecencia en La Moncloa, Rajoy ha indicado que tratará de convencer a PSOE y Ciudadanos para que se sumen a una Gran Coalición. En caso de que no llegase a ningún pacto, no descarta gobernar en solitario, siempre y cuando Pedro Sánchez y Albert Rivera sean «leales» en cuestiones como «los compromisos europeos», que se traduce en la aprobación de los presupuestos. Por el momento no hay fecha para la sesión de investidura, aunque Rajoy ha abierto la puerta a sacar adelante las cuentas con un Ejecutivo en funciones mientras que se negocia.
La decisión de Rajoy tiene algo de teatrero. Porque dice que buscará apoyos pero no se compromete a presentarse ante el Congreso en caso de no lograr las adhesiones. «No conviene adelantar acontecimientos», ha afirmado. Catalunya ha sido el gran argumento esgrimido por el presidente en funciones para tratar de seducir a PSOE y Ciudadanos. La «unidad de España» se ha convertido en la gran razón que «todos compartimos» para convencer a Sánchez y Rivera de que le permitan seguir en La Moncloa.
Rajoy ha explicado que se dirigirá «de manera preferente» a las fuerzas «constitucionalistas», con las que ve «razonable» encontrar acuerdos.
Habrá que ver cómo se desarrolla la negociación, aunque el estilo de Rajoy es discreto, lejos de las conversaciones casi televisadas de los últimos meses. La base para este diálogo sería el documento de medio centenar de páginas remitido por el PP al resto de formaciones hace unas semanas y que parte del programa electoral presentado por Génova. «Por mi parte no va a faltar empeño», ha señalado Rajoy, quien ha explicado que en las últimas semanas ha mantenido contactos con otras formaciones.
«España necesita un Gobierno ya», ha señalado el líder del PP, que entiende que debe estar encabezado por su formación como fuerza más votada «si se quiere respetar la voluntad de los españoles». El presidente español enfunciones no ve «ninguna alternativa razonable».