«Tenemos puntos para trabajar con tranquilidad y margen de mejora»
Llegó a Ipurua con veinte años y el Eibar en Segunda B. Cuatro años después, tras haber celebrado dos ascensos y la permanencia, lleva camino de batir récords con la camiseta azulgrana, que adorna con el brazalete de capitán desde la temporada pasada. Indiscutible para José Luis Mendilibar, como lo fue para Gaizka Garitano, en Granada alcanzó los 157 partidos oficiales con el Eibar.
Cansado tras la paliza de los Nuevos Cármenes, pero feliz con tres puntos más en el bolsillo, Dani García saca tiempo en plena mudanza para analizar la actualidad del Eibar en estos primeros compases del curso.
No sé si se puede hablar de disfrutar, teniendo en cuenta lo que tuvieron que sudar en Granada.
Bueno, se disfruta de otra manera. Sobre todo al final, cuando ves que ya se ha acabado y vuelves con los tres puntos. Durante el partido..., pasa de todo. Ves que vas ganando y te sientes mejor, empiezas a sufrir y te empatan y ya no disfrutas tanto, se te va hasta la fuerza, pensando que todo el trabajo que has hecho se va al traste. Pero al final sacamos fuerzas de donde podíamos y, pese a que con uno menos desde el treinta podía darse por bueno el empate, no nos resignamos. No solo el gol, en la segunda parte tuvimos un par de ocasiones a balón parado, una entrada de Capa por banda... No nos rendimos, ni siquiera nos conformamos, y tuvimos nuestra recompensa.
No solo por el resultado o por la emoción, pareció el partido más completo hasta ahora.
No sé qué decirte, los resultados suelen mediatizar mucho las valoraciones. Pero igual en Riazor estuvimos mejor, aunque fue un partido diferente y acabamos perdiendo. De todos modos, más que pensar en que lo hemos hecho mejor o peor, tenemos que pensar en que todavía tenemos que dar mucho más, defender mucho más, que no nos creen tanto, originar más ocasiones con balón... En definitiva, trabajar mucho para hacerlo cada vez mejor. Lo bueno es que tenemos mucho margen de mejora y que tenemos ya seis puntos, que dan tranquilidad para trabajar a gusto.
Los de Granada son tres puntos, como todos, pero pueden suponer más de lo que parece. Segundo triunfo consecutivo, primero fuera de casa, ante un rival directo, en vísperas de un calendario complicado, despejando dudas...
Bueno, respecto a las dudas, yo creo que se originan siempre fuera del vestuario. Nosotros no las hemos tenido. Tenemos una buena plantilla, lo sabemos, y por lo menos yo estoy convencido de que vamos a conseguir nuestro objetivo. Y sí, puede que tengamos un calendario complicado, que por otra parte en Primera siempre lo es, pero ya hemos visto que somos capaces de ganar al Valencia, al Granada que en su casa va a ser un rival difícil para todos... Pero también es verdad, sumar esos tres puntos era muy importante.
No solo por el fondo. Algunas victorias también refuerzan por la forma en que se consiguen.
La verdad es que el año pasado tuvimos muchos partidos de ir ganando y que nos remontaran en los últimos minutos, muchas veces sin merecerlo, y en Coruña también nos pasó. Ya era hora de que nos tocara a nosotros disfrutar de una victoria así, saliendo adelante con diez jugadores y con premio al final, que efectivamente da moral y da muchas más ganas de trabajar.
Usted pudo disfrutarla desde el campo. Nos hemos acostumbrado a verle ahí pero el puesto hay que ganárselo.
Muchas veces los compañeros me vacilan diciéndome que yo ya tengo el puesto ganado. Pero no. Trabajo cada día para ganármelo. Desde que llegué en Segunda B he venido a trabajar con confianza pero sobre todo a dar lo mejor de mí mismo, y me he ido jodido y cabreado muchas veces porque no lo he hecho todo lo bien que tenía que hacerlo. Y eso no ha cambiado ni va a cambiar por mi parte. Luego decide el entrenador, que de momento tiene confianza en mí y yo lo único que puedo hacer es intentar compensarle.
El domingo fue un día clave en ese sentido. Debutó Fran Rico y el que se quedó en el banquillo fue Gonzalo Escalante.
Lo que cuenta no es que juege Gonzalo, Fran o yo, sino que el equipo consiga su objetivo. No es un deporte individual, aunque muchos se lo tomen así, lo que prima es el equipo. Cuando no pensemos de esa manera nos irá mal.
¿Y qué tal con Rico de pareja?
Cada compañero es diferente. Nos entendimos bien pero al final un partido no es suficiente para medir nada, y menos uno que juegas con diez.
Bueno, qué tal con Rico y con todos los demás. Porque tontamente se han vuelto a plantar en la docena de fichajes.
Sí, son muchos. Pero el Eibar es un vestuario que te acoge, hacemos las cosas fáciles desde el primer día y los que han venido se han acoplado de maravilla. Ahora nos queda acoplarnos todos mejor en el campo, como es normal, pero creo que tenemos una gran plantilla en todos los sentidos. El club ha hecho un gran esfuerzo pero creo que ha sido para bien, que nos hemos reforzado bien.
Con tanto nombre, de compañeros y de categoría, ¿queda algo del Eibar que conoció cuando llegó hace cuatro años?
Hay cambios lógicos. Y forzosos. Instalaciones, medios... Pero el espíritu del Eibar se mantiene. Y si no, sería en parte culpa mía, que soy el capitán, y de los que seguimos desde hace años. Porque nosotros tenemos que mantener nuestro modelo y los que vienen, acoplarse.