Con la alfombra roja desplegada, la 64 edición de Zinemaldia alza el telón para ofertar una completa programación cinematográfica. Mientras observa cómo corre el segundero de su reloj, el director de esta cita imprescindible, José Luis Rebordinos, revela a GARA los entresijos de una edición diseñada para sorprender. Como si de un ritual se tratara, la primera cuestión hace referencia a la calma que transmite el entrevistado. «La verdad es que soy una persona muy tranquila –señala Rebordinos–. A estas alturas ya está todo atado y tan solo queda tirar millas y dosificar el esfuerzo que requiere afrontar estos días tan cargados de emociones, estímulos y en los que recibimos multitud de visitas. Además, cuento con la seguridad y respaldo de un excelente equipo que ha elaborado una programación repleta de contenidos muy interesantes y que, sin duda, va a sorprender. Estoy convencido de que este va a ser un buen año. Un dato que lo demuestra es que a mediados de agosto ya teníamos cerradas las secciones más importantes de Zinemaldia. El año pasado fue más complicado porque cerramos muchas películas a última hora».

¿La selección de filmes incluidos en la Sección Oficial sigue la estela del pasado año o es la propia industria la que ha marcado esta pauta relacionada con la presencia destacada de películas de género?

Cada vez hay más cine de género y cada vez es mayor el número de cineastas definidos como “autores” que se fijan en este tipo de cine. Antes predominaba la idea de que el cine de género era algo “popular”. Lo que ocurre es que en nuestro caso son géneros muy especiales. Por ejemplo, la película de J. A. Bayona “Un monstruo viene a verme”, que en lo personal te confesaré que es una joya y su mejor película, no deja de ser una fusión entre cine fantástico y melodrama. En realidad podría decirse que es un melodrama pero con ropajes de cine de género. Yo creo que, en el fondo, la realidad manda y en un Estado español lleno de corrupción y de crisis económica, es normal que se instaure el género negro porque siempre ha estado enraizado en la propia realidad de la sociedad. En nuestra programación en particular, topamos con “El hombre de las mil caras” que es un thriller que habla de la corrupción, de la situación por la que atravesaba el Estado español en un momento determinado y en su trama incluye la visita del Papa, que nos revela la importancia e influencia de la religión católica en el Estado español y nos presenta a un modelo de policía hiperviolenta. Son varios ejemplos dentro de una programación general de Zinemaldia que explora esa intención: cada vez se hace más cine de género y cada vez es mayor el número de autores que aportan su sello propio a este tipo de filmes.

Otro elemento a tener en cuenta dentro de la Sección Oficial es el equilibrio entre óperas primas y obras de autores consagrados.

Creo que este es uno de los aspectos más destacados de esta edición. Tenemos obras de autores tan consagrados como J.A. Bayona, Emmanuelle Bercot, Oliver Stone, Baltasar Kormákur o Hong Sang-Soo, y seis óperas primas que, si van a competir dentro de la Sección Oficial, quiere decir que nos han gustado mucho para atrevernos a incluirlas. En esto resume el sueño que tiene todo director de un certamen cinematográfico, una programación con nombres consolidados y apuestas de calidad para descubrir a gente nueva. Creo que este año va a haber dos o tres grandes sorpresas en la Sección Oficial. El pasado año había una mayor presencia de comedias pero este año nos ha quedado una Sección Oficial muy potente pero dura, cuyas temáticas siguen la estela de otros certámenes: la realidad social, la problemática global de la mujer o la juventud que no termina de encontrar su hueco en esta sociedad.

En este listado también se incluye el debut como cineasta de Ewan McGregor.

La película de Ewan McGregor no está aquí porque haya sido dirigida por él. Es una obra que nos encantó desde que la visionamos en un pase privado. Desde ese instante decidimos incluirla en la Sección Oficial. No fuimos los únicos sorprendidos, nuestros amigos de los festivales de Toronto y Zurich también quedaron impactados con lo que habíamos visto. “American Pastoral” es una película muy difícil porque se basa en la novela mítica de Philip Roth, con la que ganó el Premio Pulitzer, y supone su primera experiencia como director. Es una película que refleja con gran acierto el gran dolor que habita en las páginas de la novela.

Venecia estrenó la serie de Paolo Sorrentino «The Young Pope». ¿Abrirá Zinemaldia un hueco a este tipo de formatos?

Llevamos años proyectando diferentes proyectos televisivos como, por ejemplo, la serie documental de Oliver Stone. Este año ha coincidido que no ha sido así. La televisión tendrá presencia, de echo ya estamos preparando algo para el año que viene para que se estrene a nivel mundial en Donostia. Queremos que sea una parte más pero tampoco queremos especializarnos en ello porque, entre otras cosas, ya hay en Euskal Herria un certamen de estas características, el FesTVal de Gasteiz. Creo que se está haciendo muy buena televisión, es un espacio para trabajar en el que diferentes creadores del medio cinematográfico han encontrado un buen lugar para experimentar y llevar a cabo ese tipo de proyectos que parece que no interesan a la industria cinematográfica. Yo no soy de los que opina que ahora lo bueno está en televisión. Lo que ocurre es que la subida de nivel es más evidente en televisión porque se ha generado un espacio nuevo.

«Weaver y Hawke simbolizan lo que es el Premio Donostia»

En esta edición topamos con dos Premio Donostia, Sigourney Weaver y Ethan Hawke.

Este año contamos con tres premios muy potentes. Además de los que has citado también está Gael García Bernal, el cual recibirá la primera edición del Premio Jaeger-LeCoultre al Cine Latino. Además, García Bernal viene con una de las mejores películas latinoamericanas del año, “Neruda”. En cuanto a Sigourney Weaver, este contacto vino precedido por nuestro interés en la película de J.A. Bayona y nuestra intención de querer premiar a una actriz como Sigourney Weaver. Ella mostró su interés de inmediato  porque tiene un muy buen recuerdo de cuando vino con “Alien, el octavo pasajero” pero, sobre todo, cuando regresó en el 99 y en competición con el filme dirigido por su compañero, Scott Elliot, “Mi mapa del mundo”. Ethan Hawke quisimos que viniese el pasado año con la película de Amenábar, pero por problemas de agenda fue imposible su presencia. El motivo era que estaba rodando la película que vamos a proyectar, la nueva versión de “Los siete magníficos”. Además de ser un gran actor al que hemos seguido desde que era un niño en películas como “Exploradores” o “El Club de los Poetas Muertos”, Hawke se ha labrado una carrera intelectual que le ha llevado a experimentar en campos como el guión –ha escrito la trilogía de Richard Linklater–, el teatro, el cómic y la literatura. Además, ambos premios comparten ese componente de personas progresistas e inquietas que siempre nos interesa.

También recibiremos la visita de viejos conocidos como Oliver Stone.

Sí y otro al que consideramos como “un gran amigo del festival” es Richard Gere. Ambos vuelven pero en el caso de Oliver Stone es algo que en lo personal me resulta muy gratificante, ya que regresa con “Snowden” en la edición en la que se cumple el 30 aniversario de las proyecciones en el Velódromo y, curiosamente, la primera proyección que hubo fue la película de Stone, “Salvador”. Además, este retorno viene respaldado por una película muy grande y potente, “Snowden”.K.L.