Fantasía, humor, reflexión desde lo autobiográfico y un punto de locura es el cóctel explosivo que ha presentado en Zinemaldia Nacho Vigalondo con su última película, ‘Colossal’, «una anticomedia romántica» protagonizada por Anne Hathaway.
El cuarto largometraje del cineasta cántabro está compuesta por un reparto que completan Jason Sudeikis, Dan Stevens y Austin Stowell, quien ha acompañado a Vigalondo en la presentación en Donostia.
«Pocas cosas me entusiasman más que plantear una expectativa y luego romperla», ha asegurado a Vigalondo, «me encanta la idea de dibujar un triángulo amoroso y reventarlo desde dentro», añade en referencia a un filme que alberga un discurso de empoderamiento femenino.
‘Colossal’ trata sobre una chica a la que le gustan demasiado el alcohol y las fiestas y que en plena crisis de la treintena deja la ciudad y a su novio para regresar a su pueblo de origen. Allí se reencuentra con un antiguo compañero de escuela, a la vez que descubre que tiene una misteriosa conexión con un monstruo gigantesco que está causando pánico al otro lado del mundo.
«El punto de partida, como casi siempre en mis películas, es una chorrada», afirma el director. La idea no se convirtió en guion hasta que encontró el arco emocional de los personajes. «Durante mucho tiempo eran dos hombres que se pegaban y había una mujer de por medio y celos, pero había algo rancio en el planteamiento, hasta que me di cuenta de que tenían que ser un hombre y una mujer».
Otro tema que plantea es el desplazamiento de la culpa. «Cada vez estamos más habituados a hacer daño a distancia sin enfrentarte directamente. La película habla de hacer eso y que no te importe», ha señalado.
En general los personajes masculinos no salen muy bien parados en ‘Colossal’, sea por su rigidez o por sus ansias de controlar a la mujer. «Siempre he hablado de la masculinidad tóxica, pero nunca lo había hecho desde el punto de vista femenino», dice Vigalondo.