Cuestionado por la periodista de Mediabask Bénédicte Saint-André acerca de si la falta de respuesta positiva de que los gobiernos español y francés supone «el fracaso» de Aiete, Kendall reconoce que «efectivamente, los dos estados no han respondido al llamamiento. No han hecho el menor gesto en favor de la paz».
Ante esa tesitura, el que fuera jefe de la Interpol recuerda el planteamiento del Foro Social y apunta que «el proceso de desarme debe ser impulsado lo más rápido posible. Hay consenso en que se trata de un elemento clave del proceso. Solo el desarme puede consolidar la situación. Es indispensable para todos los actores y particularmente para las víctimas de ETA».
Pero ¿se puede proceder al desarme sin la colaboración de los estados? «Por supuesto que no. Cuando se trata de armas y explosivos, hay unos procedimientos que respetar. Fue el caso de Irlanda del Norte y otros. Los estados han creado una suerte de jurisprudencia que, en el marco de un proceso de paz, permite el transporte temporal de armas sin riesgo de arresto».
«Sin el compromiso de uno de los dos estados, ETA no tendría protección jurídica y la entrega de las armas no sería posible. Por eso la Comisión Internacional de Verificación (CIV) ha chocado con las autoridades españolas y francesas. Pero parece que Francia no está por hacer un seguidismo automático de España. Sobre todo porque las autoridades europeas ponen mucha presión sobre los dos estados, siendo muy críticas en la cuestión de los prisioneros».
Cartas de ETA a las autoridades galas
Kendall revela que «hace unas semanas ETA envió cartas a las autoridades francesas, de las que aún no sabemos ni el contenido ni los destinatarios específicos. Un cambio de actitud por parte francesa se haría sentir. El Estado francés ofrece actualmente la esperanza de desbloquear el proceso de paz. Nuestra contribución irá en esa dirección».
Cuando se le comenta que la reciente operación policial para incautar un depósito de armas casa mal con esa hipótesis, responde tajante: «No lo creo. El dato evidentemente no es inocuo, se trataba de la fiesta nacional española. Manuel Valls ha reafirmado en esta ocasión su solidaridad con España. Pero se trata de una persona, puede que no todos los miembros del Ejecutivo estén de acuerdo con él».
Kendall enmarca en ese posible cambio de actitud el rechazo a la euroorden contra Emilie Martin. Y cuando se le recuerda que, en teoría, la Justicia en el Estado francés es independiente, apunta que «cuando una decisión judicial va en contra de la política del gobierno, es muy significativa. Hay muchas cosas que se están jugando en este momento».