@gara_iiriondo

Casi todo estaba escrito y así queda también aquí

La secretaria general del PSE, Idoia Mendia, insistió ayer en que «en contra de lo que se hubiera dicho» sobre la previsibilidad de su pacto final con el PNV, «nada estaba escrito de antemano, todos acudíamos con nuestras manos absolutamente libres para tomar cualquier decisión». Debe ser que este pueblo tiene una bola de cristal o, más bien, mucha experiencia del pasado y de en qué parámetros suele moverse cada partido. Lo cierto es que desde la misma noche de las elecciones se dio por hecho que habría un gobierno sustentado por PNV y PSE y, quizá a partir de la pérdida de un escaño en Bizkaia, la única mínima duda que podría darse rondaba en torno a la fórmula elegida, que pronto quedó claro que sería la de una coalición.

Y así ha sido, porque «nada estaba escrito» pero todos sabíamos que el PSE tendría que aparcar casi todo lo dicho durante la campaña electoral sobre el Gobierno de Urkullu y el PNV, y que lo acabaría cambiando, como hizo ayer, por un discurso sobre su enorme influencia en los contenidos sociales de este pacto. También eso lo habíamos escuchado antes. Porque ya lo dijeron hace tres años cuando Patxi López llegó a un acuerdo con Andoni Ortuzar y el mismo Iñigo Urkullu que sirvió sobre todo para salvar los presupuestos del Ejecutivo de Lakua. Los jeltzales aceptaron entonces por escrito casi todos los contenidos propuestos por el PSE, pero al final el resultado fue el de que Idoia Mendia estuvo durante toda la campaña criticando al Gobierno y al PNV, porque este partido es muy pragmático, tiene pocos escrúpulos en firmar documentos por un lado y gobernar por otro.

Hemos vuelto a un gobierno de coalición de PNV y PSE que nos dicen que será más compacto que aquellos que conocimos a finales del pasado siglo, cuando parecían gobiernos paralelos. Quizá lo vaya a ser, pero por la diferencia de peso de cada una de las partes, que es lo que está llevando al PSE a diluir su imagen en las diputaciones y los ayuntamientos. Con este acuerdo el PNV se garantiza la desactivación de un bloque de izquierda en el Parlamento a cambio de tres consejerías menguadas; y a la postre seguirá gobernando como lo hizo la pasada legislatura cuando también tenía un acuerdo con el PSE. Para que en 2020 no se diga que esto no estaba escrito, aquí queda en negro sobre blanco.