En el documento, EIPK recuerda la «hoja de ruta» que hizo pública en 2013 «con el objetivo de hacer posible el retorno de todos y todas las exiliadas». Aquel texto constaba de tres puntos, la «suspensión de los procedimientos judiciales basados en la tortura y en leyes antidemocráticas», «articular mecanismos para solucionar la situación de los exiliados y exiliadas gravemente enfermos y garantizar la dignidad de aquellos en situación de exclusión» y «dar pasos en el ámbito de la memoria para esclarecer las desapariciones, daños y muertes ocurridas».
Desde entonces, recuerdan, el colectivo ha dado «pasos unilaterales», entre los que destacan «el retorno de un centenar de exiliados durante el año 2014. Pero los estados han bloqueado todo avance en la resolución de las consecuencias del conflicto y la situación ha empeorado», con «detenciones, muertes en el exilio por enfermedad sin atención sanitaria adecuada, juicios de extradición…».
EIPK resalta que «al igual que respecto a la situación de los presos y presas, es hora de dar pasos
consecuentes en el ámbito de los y las exiliadas».