Como sucede todos los meses de enero, coincidiendo con la manifestación en la que se reivindica la vuelta a casa de los represaliados políticos, Askapena ha llevado a cabo al mediodía en Bilbao la Vieja un acto de homenaje a los solidarios con la causa vasca. Banderas andaluzas, gallegas, seneyras y republicanas españolas se han podido ver en una plaza llena a pesar de la lluvia y el frío.
Tras la lectura de una carta enviada por Nekane Txapartegi, se ha bailado un agurra a los familiares de los represaliados. Urtzi Errazkin, en nombre de Etxerat, ha agradecido el apoyo que les prestan los integrantes de Euskal Herriaren Lagunak en cualquier punto del mundo a sus allegados, así como a los propios presos, refugiados y deportados. Errazkin ha incidido en la importancia de la solidaridad que les prestan.
A continuación, ha tomado la palabra un representante de Euskal Herriaren Lagunak que ha explicado que los diferentes comités han trabajado en los últimos meses lo que supone la dispersión y, además, ha anunciado que tienen intención de profundizar a partir de ahora en los casos de los presos gravemente enfermos. Ha insistido en que no abandonarán a los prisioneros hasta que estos puedan estar con los suyos. El acto ha finalizado entonando los presentes ‘La Internacional’ y ‘Eusko Gudaria’k, agrupándose los solidarios para una foto de familia.
Mientras eso sucedía en la margen izquierda del Ibaizabal, en el Casco Viejo algunas de las calles estaban a rebosar de personas que han respondido a la llamada de Sare. Joaldunak, trikitilaris y txistularis han animado este centro histórico en los previos a una movilización que se prevé multitudinaria. Sarekides, identificados con petos, se han dedicado a vender los dedos acusadores que sirven de icono de la campaña mientras en la Plaza Nueva no han sido pocos los que se han sacado una fotografía en el photocall instalado.