Arantxa MANTEROLA

Entre puntos negros y zonas blancas, a la búsqueda de un espacio de sensatez

Biarritz-Antennes considera que la desinformación, la falta de conciencia y la «manipulación» sobre los efectos de las ondas electromagnéticas en la salud son alarmantes. Piden responsabilidad a fabricantes, operadores, políticos y también a los propios ciudadanos.

La cuestión de las emisiones de ondas electromagnéticas y de sus consecuencias sobre la salud no es nueva aunque la asociación lleve solo dos años funcionando. Lo primero que subrayan es que no están en contra de las nuevas tecnologías: «Nosotros mismos tenemos smartphones o wifi en casa pero creemos que hay que aprender a utilizarlos con precaución», advierte Pierre Nicot, presidente de Biarritz-Antennes, acompañado de sus compañeros Eric Sajous y Astrid Guillermin.

Están convencidos de que con un tanto de cordura y responsabilidad, se pueden ofrecer los mismos servicios pero con un nivel de exposición a las ondas «muchísimo menor». «Lo hacen ya en Suiza, por ejemplo», manifiesta explicando que en lugar de concentraciones importantes de antenas emisoras de dichas ondas optan por un reparto espacial que las aminora notablemente. «Algo que por estos lares parece no importar», añade mostrando la foto de un inmueble que se encuentra frente a su casa, en el barrio biarrota de Saint Charles, cuyo tejado está plagado de antenas.

Y es que a la desinformación existente hay que añadir, según relatan, que las empresas de telefonía pagan «y muy bien» por su instalación. «En concreto, en ese inmueble están costeando con esos ingresos reparaciones muy importantes como consecuencia de fallos de construcción que la garantía ya no les cubre. Lo más alucinante es que no son conscientes de los riesgos y, por supuesto, tampoco de los que hacen correr a los habitantes de las casas vecinas».

«Francia no cumple»

A través de un laboratorio homologado, la asociación ha medido la exposición a la que someten a quienes viven en el entorno. El resultado –3 voltios/metro– entra con holgura en los límites establecidos por la ley. «Pero hay que tener en cuenta que la normativa francesa en esta materia es muy obsoleta. Por un lado, solo establece límites para evitar los efectos térmicos en el cuerpo humano (entre 28 y 61 V/m), lo que es claramente insuficiente porque no contempla otros impactos. Por otro, Francia se salta las recomendaciones europeas que ya en 2011 definían el límite de la exposición a 0,6 V/m con el objetivo futuro de reducirlo a 0,2 V/m», refieren.

«Los estudios revelan que mínimamente hacen falta 8 años de exposición intensiva para desarrollar por ejemplo un cáncer. Pero como ha pasado con los pesticidas o el amianto, el reconocimiento llega tarde, aunque a nivel profesional la Justicia ya ha empezado a dictar sentencias sobre la hiperelectrosensibilidad o ‘efecto microondas’ que genera en ciertas personas lo que les obliga, incluso, a vivir en las llamadas ‘zonas blancas’, es decir, allí donde no hay torres o antenas de operadores y que son espacios cada vez más escasos», apunta Guillermin.

La asociación pelea porque el límite de exposición se acote a la recomendación europea y para ello reclama, concretamente al Ayuntamiento de su ciudad, elaborar un «mapa de reparto de antenas más prudente y juicioso» para evitar, en particular, los denominados «puntos negros», donde se suman y convergen de forma aleatoria emisiones excesivas de ondas.

Además de a los responsables políticos que tienen el deber de controlar y velar por la salud pública, amplía el requerimiento de poner medios para contrarrestar los efectos perniciosos a los lobbys de telefonía, internet u otros aparatos «como los nuevos contadores de electricidad Linky que tanto rechazo están creando», ya que «ellos sí tienen tecnología para disminuirlos aunque les sea menos rentable».

También apelan a los profesionales de la salud a «romper con esa omertá sobre las consecuencias fatales que se derivan para la salud». Biarritz-Antennes hace extensiva su petición a cualquier ciudadano. «Primeramente para que tome conciencia del riesgo y después para evitar exposiciones innecesarias. Tenemos que aprender a utilizar todos esos aparatos, teléfonos, tablets… con la debida precaución», aconsejan.

 

Un experto en salud y ondas electromagnéticas en Biarritz

Invitado por la asociación, el reputado profesor en cancerología y especialista en medicina medioambiental, Dominique Belpomme, ofrecerá una conferencia en el auditorio del Casino Bellevue de Biarritz mañana viernes, a partir de las 19.00 horas.

Es autor de varias obras y experto en los efectos nocivos y riesgos que comportan las ondas electromagnéticas. Los miembros de Biarritz-Antennes manifiestan que es una «oportunidad extraordinaria poder escuchar a un científico de esta talla, sobre todo cuando desde el propio sector de la salud hay quien niega las consecuencias que las ondas acarrean». Adelantan que Belpomme presentará datos reconocidos recientemente por la propia OMS sobre el impacto de dichas emisiones.A.M.