La diana de Vela a los 26 minutos ha premiado la iniciativa donostiarra, mientras los locales han optado por esperar a la contra. Una maravilla de Hernán Pérez ha igualado el pulso en el 35, pero tras el descanso las revoluciones del Espanyol han bajado. Illarramendi ha sentenciado en el 61 a un rival que apenas ha inquietado a Rulli en la segunda parte.
El ímpetu inicial del Espanyol le ha valido para disfrutar de las primeras ocasiones. Una contra de Hernán Pérez que ha acabado en nada y un remate de cabeza de Diego Reyes, desviado. Después de este arranque, el balón ha sido para la Real: muy cómoda en campo contrario con sus combinaciones, aunque sin avisos claros.
De todos modos, las malas noticias han llegado pronto para los de Sacristán. Willian José se ha retirado lesionado a los nueve minutos y ha obligado a Eusebio a dar entrada a Juanmi. Han sido instantes convulsos: los periquitos han reclamado un penalti de Iñigo sobre Hernán, que ha caído en el área tras un forcejeo.
En el primer cuarto de hora, el bloque donostiarra ya había disfrutado de cinco saques de esquina. La iniciativa ha sido suya y Oyarzabal ha dispuesto de un uno contra uno frente a Diego López: el gallego ha atajado el balón. Mientras, los de Quique Sánchez Flores han amenazado a la contra. No han encontrado su mejor fútbol.
El partido era de la Real. Ha sumado méritos hasta recoger el premio. En el minuto 26, Carlos Vela le ha ganado la espalda a los dos centrales y ha batido al meta con un tiro raso y por la izquierda. El centro de Zurutuza desde el centro del campo ha sido medio tanto. El 0-1 ha obligado al anfitrión a cambiar su planteamiento.
Los catalanes se han lanzado a por el empate con todo. Y en estas situaciones, la garra de Hernán Pérez destaca. El paraguayo, con máscara por un problema nasal, lo ha logrado, en el 35. El extremo ha recortado a dos defensores dentro del área y ha colocado su disparo pegado al palo. Un gol brillante que ha devuelto las tablas al choque.
En la reanudación, el bloque txuri-urdin ha reactivado su presencia en los dominios de Diego López. Ha combinado con facilidad y ha examinado de forma constante el planteamiento defensivo local. Ha sido protagonista otra vez, mientras que los blanquiazules se han conformado con alguna carrera inofensiva.
Ha sido el mismo guión que en la primera parte y, por lo tanto, ha tenido el mismo desenlace que en el inicio del partido. En el minuto 61, Illarramendi ha asestado un latigazo desde 25 metros que ha sorprendido al rival y ha puesto el 1-2 en el marcador. Diego López no ha reaccionado a la diana.
La respuesta del Espanyol no ha sido suficiente. Los catalanes se han acercado más a Rulli, pero sin veneno. Gerard Moreno ha dispuesto de la mejor oportunidad con un disparo desde la frontal que ha acabado a centímetros del poste. Desde entonces, las acciones de peligro del anfitrión se han difuminado, hasta los compases finales.
La Real tenía el partido donde quería: sin riesgos innecesarios, con solidez atrás y con ocasiones de ampliar la ventaja. Y esta vez no ha aparecido una genialidad como la de Hernán. El reloj ha avanzado y le ha acabado dando la razón a un equipo que se codea con los grandes de la Liga por derecho propio.