Cortés compareció ayer ante la Comisión de Energía, Turismo y Agenda Digital del Congreso de los Diputados para explicar aspectos técnicos y repasar las actuaciones de la central para mantener la planta en «las mejores» condiciones de seguridad.

Cortés explicó que Garoña «se ha sometido en los últimos 10 años a tres revisiones» que han concluido que «no existen impedimentos técnicos para la operación segura de la central», ya que la prioridad «ha sido y es la seguridad de la instalación, la protección de los trabajadores y el público y el respeto al medio ambiente». Según estas evaluaciones, Garoña cuenta con una fiabilidad «por encima de la media del resto de centrales nucleares en el mundo».

En este contexto, subrayó que las pruebas llevadas a cabo tras el tsunami en Japón sirvieron para evidenciar las «grandes diferencias existentes» entre la central nuclear de Garoña y la de Fukushima, desde las obvias por localización y sismicidad, hasta las propias de diseño.

Por ello, insistió en que desde el punto de vista de la seguridad nuclear y la protección radiológica «no existen impedimentos técnicos para la operación segura de la instalación».