Los cebada se han mostrado un poco remolones a la hora de salir de los corrales, pero después han demostrado que estaban muy despiertos, ya que desde la misma cuesta de Santo Domingo han empezado a mostrar el peligro que caracteriza a esta ganadería.
Astados y mansos han llegado agrupados hasta la hornacina, donde el cárdeno Punterito, con sus espectaculares 630 kilos, ha empezado a fijarse en los corredores. Iba lanzando derrotes hasta que a mitad de la cuesta ha alcanzado a uno de los mozos, al que ha dejado una cornada en el escroto.
En la plaza del Ayuntamiento ha mantenido su peligrosidad al lanzar sus cuernos contra varios corredores se encontraban en el vallado de la derecha y donde ha dejado una nueva cornada, en este caso en el torax.
En Mercaderes, la manada se ha ido disgregando, con Pitorro, el morlaco melocotón, abriendo el grupo delantero a pesar de que era otro de los astados más pesados con 610 kilos.
Otro de los momentos de tensión se ha producido en la Estafeta. Un mozo ha sido enganchado a la altura del muslo izquierdo y le ha arrastrado varios metros. Tras soltar al corredor, el toro cárdeno que se había quedado descolgado ha chocado con él y se han agrupado para cerrar el grupo algo descolgados, ya que sus restantes cuatro hermanos seguían a buen ritmo y rodeados de corredores por la calle en dirección al callejón.
Esos cuatro astados delanteros han circulado a buen paso por el callejón, donde un mozo ha terminado estampado contra la pared derecha a su paso. Con este grupo ya entrando en corrales, los dos morlacos rezagados han continuado su camino, dejando cierto peligro en la zona del callejón. Finalmente, han entrado en la plaza y han enfilado hacia corrales con un tiempo final de 2:58 segundos.