Al congreso nacional de Eusko Alkartasuna, celebrado los pasados 3 y 4 de junio, le han seguido en las últimas semanas los congresos regionales. Si en el primero la candidatura encabezada por Pello Urizar salió victoriosa, en los segundos los miembros del sector crítico han conseguido movilizar más activamente a sus militantes y han ganado en Araba, Gipuzkoa y Nafarroa.

El último de los cónclaves fue el celebrado en Laudio anteayer por los alaveses, que eligieron como coordinadora a Iratxe López de Aberasturi, que en los prolegómenos del congreso nacional fue portavoz del sector crítico. López de Aberasturi, concejala en el Ayuntamiento de Gasteiz, se impuso por ocho votos al candidato del sector oficial, el también concejal en el mismo consistorio, Antxon Belakortu. La nueva coordinadora obtuvo el respaldo de 70 de los 134 miembros de la asamblea, frente a los 62 apoyos que recibió su rival.

La igualdad entre las listas ha sido la nota dominante en estos congresos, salvo en el de Nafarroa, donde no se presentó más que una lista, encabezada por Miren Aranoa, que obtuvo el apoyo unánime de los asistentes. En Gipuzkoa, Mikel Goenaga –que también fue portavoz de los críticos antes del Congreso Nacional– tuvo 14 votos más que Iban Asenjo.

Por contra, en Bizkaia se impuso el sector oficial, donde Iker Rahona logró el 57% de los votos y su rival, Bruno Zubizarreta, el 43%. Eusko Alkartasuna de Ipar Euskal Herria estará encabezada por Miren Urreiztieta, afín también a la Ejecutiva liderada por Pello Urizar.

Sin cambios

La elección de las direcciones regionales no altera la correlación de fuerzas de Eusko Alkartasuna en el ámbito nacional, donde el sector del secretario general, Pello Urizar, mantiene la mayoría absoluta en la Ejecutiva y también en la Asamblea Nacional. Lo que sí se ve afectado tras este proceso congresual es la relación interna entre los componentes de ambos sectores.

Urizar fue reelegido secretario general de EA tras alcanzar un acuerdo con el sector crítico sobre EH Bildu, que deja zanjado la creación de una coalición abierta a la existencia de militantes propios al margen de las cuatro formaciones políticas fundadoras, con estructuras y órganos comunes, y donde se visualice la pluralidad.