Durante dos semanas cuatro jóvenes han mantenido un ayuno «para expresar nuestra voluntad de hacer una aportación en relación a la situación de los presos y en favor del proceso de resolución». Como cierre -que no final- de ese gesto de compromiso, han comparecido en la carpa instalada en Hiriburu, respaldados por un centenar de jóvenes.
Al final del acto, en el que se ha leído la declaración suscrita por una cuarentena de organismos «que expresan la pluralidad de la juventud vasca», han alzado las botellas de agua, que han sido fieles compañeras de los jóvenes que han ayunado 14 días, pero que sobretodo simbolizan «el compromiso de construir una red de jóvenes» en favor de la resolución y por los presos.
Han agradecido los apoyos recibidos durante el ayuno, y se han congratulado del amplio abanico de entrevistas que han mantenido en el tiempo que ha durado la movilización.
Efectivamente, durante las últimas semanas han recibido la visita de numerosos actores políticos, culturales, sociales e institucionales del país. Sólo en la última jornada, recibieron la visita del presidente departamental y senador Jacques Laserre, de su hija y actual diputada Florence Laserre-David, de una delegación de Sortu y del sindicato ELB.
La lista exhaustiva de apoyos recibidos habla de 27 organizaciones sociales, cinco organizaciones sindicales, dieciséis cargos institucionales y cinco partidos, sin olvidar a los siete artesanos de la paz que han acudido al encuentro de unos jóvenes que, como durante todo el ayuno y también al final del mismo, han realizado un llamamiento expreso a acudir a la movilización convocada para el 9 de diciembre en París.