Joseba EIZAGIRRE
IRUÑEA

El Polo, algo más que el último modelo de Volkswagen

Volkswagen presentó ayer en la capital navarra la nueva generación del Polo que se fabrica en Landaben, un modelo de suma trascendencia no solo para los 4.667 trabajadores de la fábrica y los miles de empleados de la industria auxiliar, sino también para el futuro de una marca que trata de recuperar su prestigio tras el escándalo de las emisiones.

Antes de su llegada a los concesionarios, prevista para finales de octubre, la multinacional alemana quiso presentar a la sociedad navarra la sexta generación del modelo que fabrica en la planta de Landaben y cuya producción en serie comenzó el pasado 17 de julio. Para ello, trasladó a la sala de exposiciones de Baluarte un total de once unidades, en diferentes colores y versiones, así como una de las carrocerías que se fabrica en la linea de montaje.

A través de las explicaciones técnicas de los propios trabajadores y de varios paneles y pantallas de video, los asistentes pudieron conocer los detalles del nuevo vehículo, que se diferencia del anterior en que está construido sobre la nueva plataforma modular MQB A0, lo que incrementa la longitud y la anchura del coche y, por consiguiente, el espacio para los ocupantes y el maletero. La carrocería dispone además de 3.409 puntos de soldadura (262 más), lo que hace que el coche sea más robusto y seguro en caso de colisión.

Otro de los elementos más reseñables del nuevo Polo es su completo equipamiento tecnológico, propio de segmentos superiores. Destaca el capó activo con deformación programada para reducir las lesiones en caso de atropello, a lo que se añaden unos sensores para detectar la presencia de peatones y que frenan el coche antes de producirse el impacto. Otras innovaciones que incorpora esta generación son el cuadro de instrumentos completamente digital, el sistema de carga inalámbrica de smartphones o el control de crucero adaptativo ACC, que mantiene la distancia con el vehículo precedente tanto si frena como si acelera.

Todo ello –mayor tamaño y equipamiento– hacen que el Volkswagen Polo se acerque cada vez más a su hermano mayor, el Golf.

Propulsor de gas natural

En cuanto a motores, el nuevo Polo podrá incorporar por primera vez un propulsor de gas natural, con el que consigue reducir el consumo y las emisiones, así como aumentar su autonomía hasta los 1.300 kilómetros. Asimismo, llama la atención la amplia gama de versiones gasolina (cinco variantes desde los 65 hasta los 200 CV del GTI), frente a solo dos opciones de gasóleo, que comenzarán a montarse además transcurridos dos meses.

Las previsiones de producción indican que el próximo mes de noviembre podría alcanzarse una cadencia de fabricación de 1.400 unidades diarias, lo que arroja una cifra anual de 247.050 vehículos, de los cuales 168.950 corresponden a la anterior generación (que dejó de fabricarse el 23 de junio) y 78.100 al recién estrenado modelo, que llegará a los concesionarios a finales del próximo mes de octubre.

La producción del nuevo modelo conllevará el aumento de la plantilla fija en 200 trabajadores, tal y como se recoge en el acuerdo de empleo que suscribieron en mayo la dirección con los sindicatos UGT, CCOO y CGC. Con esta firma, sin embargo, «se ha perdido la oportunidad de alcanzar un acuerdo histórico», a juicio de los sindicatos LAB, CGT y ELA, lo que permitiría «abrir la posibilidad de optar a un empleo en Volkswagen a la totalidad de la sociedad navarra, sin cribas previas por motivos ideológicos o sindicales y sin la discriminación de género que se padece en la actualidad».

«El estandarte de Navarra»

El acto de ayer tenía como objetivo mostrar a la sociedad navarra el modelo que se fabrica en la planta de Landaben, ya que «el Polo es el estandarte de Navarra en el mundo», según explicaba a este diario el responsable de comunicación de Volkswagen Navarra, Jesús Zorrilla, quien añadía que la jornada buscaba también «convertirse en un punto de encuentro para los trabajadores y sus familias. Hay que tener en cuenta que la mayor parte de empleados solo conoce una parte del coche, de tal forma que hoy tendrán una oportunidad única de conocer el vehículo completamente terminado», indicó.

Pero, además de ello, el acto celebrado en Baluarte dejaba traslucir la gran importancia de este pequeño modelo tanto para la economía navarra como para la imagen del fabricante, muy deteriorada tras el escándalo de los motores diésel trucados para ocultar el nivel de emisiones. El propio consejero delegado de Volkswagen, Herbert Heiss, declaraba recientemente que el nuevo Polo convertirá a VW en líder por volumen de ventas en su segmento y «volverá a hacer brillar a la marca».

En cuanto a Nafarroa, es de destacar que la planta de Landaben, con sus 4.667 empleados a cierre de agosto, constituye la mayor instalación industrial implantada en Euskal Herria, por delante de Mercedes Benz-Gasteiz (3.500 empleados) o CAF-Beasain (2.400). Su facturación se eleva a casi 3.000 millones de euros anuales, lo que supone el 16% del PIB de Nafarroa.

Pero, además, el peso de esta fábrica va mucho más allá de los empleos directos, ya que posibilita la existencia de una importante industria auxiliar de componentes, cuya plantilla estimada supera los 5.000 trabajadores. Esta cifra supone algo más de la mitad de los 10.000 empleos que genera la industria auxiliar en este territorio y que factura en su conjunto más de 5.000 millones de euros, una cifra cercana al 30% del PIB navarro.

Medio siglo de historia

Desde su construcción en el año 1965, la fábrica de Landaben ha producido 8 millones de vehículos. La primera etapa, entre los años 1965 y 1975, se desarrolló bajo la marca Automóviles Hispano Ingleses (AUTHI) y se cerró con un total de 131.744 coches producidos, con modelos que forman parte de la historia de la automoción como el Morris, el Mini o el Austin.

Posteriormente, entre 1975 y 1983, se desarrolló la etapa de SEAT, con 284.225 vehículos producidos y con el Seat 124, el Lancia Beta y el Seat Panda como modelos de referencia.

Por último, en 1984 se comenzó a fabricar el Volkswagen Polo A02, dando inicio a una etapa que perdura en la actualidad y que ha superado ya los 7,5 millones de unidades en cinco generaciones diferentes. El 91,5% de los Polo fabricados en 2016 se destinaron a la exportación, siendo Alemania, Italia y Estado francés los principales destinos.

 

A la espera del segundo modelo

El inicio de la producción del nuevo Polo no constituye la única noticia procedente de la fábrica de Landaben. Tanto trabajadores como usuarios esperan noticias sobre el segundo modelo, que la empresa ha confirmado ya que se fabricará en esta misma planta a partir de finales de 2018.

La llegada de este segundo modelo no solo permitirá que la producción crezca (se barajan cifras de hasta 350.000 unidades anuales frente a las 290.000 actuales), sino que también se ganaría en estabilidad, ya que la planta ya no dependerá del éxito de un único modelo, el actual Polo.

Aunque la multinacional no ha dado a conocer aún su nombre, todo indica que podría tratarse del T-Cross, un todocamino compacto basado en la misma plataforma del Polo y que, por tanto, se situaría por debajo del T-Roc, un modelo que se presentará esta semana en Frankfurt.

Preguntado por esta cuestión, el responsable de comunicación de Volkswagen Navarra, Jesús Zorrilla, rehusó confirmar este extremo, aunque aseguró que estará basado en la misma plataforma, «aunque no tendrá nada que ver con el Polo actual».J.E.