Según ha informado hoy la asociación vasca de víctimas del amianto, Asviamie, José Francisco I. trabajó como ajustador y montador en CAF desde 1958 hasta 1973, año en el que se incorporó a la empresa Construcciones Metálicas Gaztelu hasta su jubilación.

En 2015 le fue diagnosticado un mesotelioma bifásico pleural maligno, en mayo de 2016 se le reconoció la incapacidad permanente absoluta derivada de enfermedad profesional y cinco meses después falleció. Osalan incluyó el nombre del afectado en el listado de trabajadores posiblemente expuestos al amianto.

Durante el juicio, CAF aseguró que cumplía con la normativa de Seguridad y Salud de la época y culpó de la posible exposición cancerígena a Construcciones Metálicas Gaztelu, una empresa «"sin prueba alguna de amianto», según afirma Asviamie.

Esta argumentación fue «desbaratada» por un testigo, agrega Asviamie, que señaló que los trabajadores de CAF manipulaban asbesto «con desconocimiento del riesgo» que acarreaba, «sin mascarillas» y que «utilizaban aire a presión para limpiar el puesto».

El testigo señaló que los empleados no eran sometidos a revisiones médicas como «requería la legislación», señala Asviamie.

El juzgado de Donostia ha estimado parcialmente la demanda de la familia del afectado y ha condenado a la compañía de Beasain a pagar 174.250 euros. La sentencia será recurrida ante el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) ya que la familia del fallecido reclamaba una indemnización de 450.747 euros.