Ingo NIEBEL
COLONIA

Cuando la diplomacia catalana habla de Lutero y en alemán

El conflicto entre Catalunya y el Estado español ha llegado a Alemania. Confirma los pronósticos que la fábrica pensadora del Ejecutivo alemán publicó en 2013. La representación del Govern catalán muestra su capacidad diplomática.

La representante de la Generalitat en Alemania, Marie Kapretz, inaugura la Diada en el FAZ-Atrium de Berlín. (INGO NIEBEL)
La representante de la Generalitat en Alemania, Marie Kapretz, inaugura la Diada en el FAZ-Atrium de Berlín. (INGO NIEBEL)

Para celebrar su acto de la Diada Nacional la representación del Govern en Berlín alquiló el atrio del diario conservador ‘Frankfurter Allgemeine Zeitung’ (FAZ). Quien sigue a través de la prensa alemana la situación en Euskal Herria y Catalunya se ha quedado sorprendido por la elección del lugar porque son legión los artículos y comentarios con los que sus corresponsales Walther Haubrich y su sucesor Leo Wieland arremetieron contra el Plan Ibarretxe, las conversaciones con ETA, el independentismo vasco y catalán. Por su labor, el primero de los dos recibió el Premio Príncipe de Asturias, con razón, habrá que decir, mirándolo desde la perspectiva españolista. Pero justamente el 11-S, el FAZ publicó un artículo de su nuevo corresponsal Hans-Christian Rössler que tenía como título la cita «Fuera los borbones». Con ello, tanto el rotativo como los demás medios de comunicación alemanes se hallan aún muy lejos de posiciones independentistas y pro referéndum, pero tras décadas de transmitir en alemán el mensaje único de la prensa española se nota un ligero cambio, volviendo un poco a la principal tarea del periodismo, la información. 

Si con los atentados de Barcelona y Cambrils Catalunya ha demostrado que sabe valerse por sí misma, en Berlín ha dejado claro que domina también a la perfección el lenguaje de la diplomacia, que ante todo se expresa por gestos. Una prueba de ello la dio la representante del Govern, Marie Kapretz, con su discurso con motivo de la Diada Nacional. Quien esperaba una denuncia de la política española se vio sorprendido cuando la diplomática de la nación aún sin Estado empezó a hablar de Martín Lutero, el reformista alemán y protestante del siglo XVI a quien se conmemora en Alemania a lo largo de este año.

Cada una de sus palabras, aunque pronunciadas en alemán, y sin referencia directa a la situación política, caía como un grano de sal en la herida abierta del españolismo. «Lutero logró, rompiendo con ciertos hábitos eclesiásticos, como por ejemplo la indulgencia, que no solo los protestantes tuvieran una vida más libre, sino que a su influencia se debe también que el catolicismo alemán se atreviera a dar importantes pasos hacia la Modernidad»; esa frase de Kapretz es solo un ejemplo en el que el mensaje se halla entre líneas.

Los diplomáticos españoles, presentes en el acto, lo supieron descifrar, como también cuando Kapretz subrayó que «Catalunya es una aliada de la idea europea» por su disposición a recibir refugiados y por la ley contra la pobreza energética. Madrid se opuso a ambas iniciativas. La representante catalana concluyó diciendo que «el momento correcto para tomar decisiones audaces siempre es ahora, pues ahora ahora es cuando se encauza en qué mundo vivirán nuestros hijos».

Desde la perspectiva alemana, el camino hacia la independencia que toma Catalunya corresponde al escenario que la Fundación Ciencia y Política (SWP), la fábrica pensadora del Gobierno alemán, ya preveía en 2013 si Madrid no se acercara a Barcelona. Entonces detectó que a lo mejor el Govern «auspicia tales iniciativas de la sociedad civil, pero no las dirige». Por lo tanto, la independencia es «algo figurable para cada vez más sectores de la población o bien deja de ser un tabú». La SWP avisó de que la negación de Madrid y los pasos dados por el Ejecutivo catalán podrían llevar a una situación «en la que la UE o sus estados miembro podrían llegar a un punto en el cual tendría que deliberar sobre si no fuese preferible una separación negociada a un estado de inestabilidad permanente». 

Dias antes de la Diada, el Gobierno de Angela Merkel dio a conocer, a través de su portavoz Steffen Seibert, que «tiene un gran interés en que se mantenga la estabilidad en España. Y para eso es importante que en todos los niveles institucionales en España sea respetada la ley, naturalmente la Constitución española». El Ministerio de Exterior negó tener contactos con la Generalitat.

En la UE es común no intervenir en los asuntos internos de un Estado miembro, por lo menos no de forma abierta. Por esta misma razón Merkel ha defendido el status quo en la Península Ibérica. De todos modos, para ella tienen prioridad las elecciones generales el 24-S y la formación del nuevo Gobierno. Pero a lo largo de su carrera política ha demostrado también que cuando hace falta es capaz de dar un giro político de 180 grados siempre y cuando las circunstancias y personas ajenas a ella hayan cambiado la situación inicial.