«Nuestro mensaje al país no puede ser más claro: El laborismo está preparado». Tras un recibimiento cual estrella del rock, con ovación de dos minutos incluida, Jeremy Corbyn se dirigía al público congregado en Brighton con un mensaje optimista y triunfalista. Con un discurso que superó la hora de duración, Corbyn se dio un baño de masas en el cierre del congreso anual del Partido Laborista, que contrastó con la comprometida situación por la que atravesaba el año pasado, cuando lideraba un laborismo con profundas grietas en su seno.

Con su declaración de ayer, dio a entender que todo ello ha quedado en el pasado. Como evidencia sacó a relucir los resultados de las pasadas elecciones del mes de junio en las que, contra todo pronóstico, el Partido Laborista obtuvo sus mejores resultados desde 2001 y, como se encargó de recordar el propio Corbyn. «el mayor incremento de voto desde 1945».

El líder izquierdista reconocía que «es cierto que no lo hicimos suficientemente bien y que por ahora permanecemos en la oposición, pero nos hemos convertido en un gobierno a la espera».

Corbyn aprovechó el delicado momento que atraviesa el gobierno de Theresa May –que trata de esconder la falta de unidad en el gabinete de cara al tipo de Brexit que se quiere negociar con Bruselas– y se mostró tajante. «Jamás el interés de nuestro país había estado tan mal gestionado en un aspecto tan vital», aseguró antes de acusar a los conservadores de situar los intereses del partido por delante de los del país.

Corbyn recomendó «que se unan o que dejen libre el camino» e hizo suyas las palabras que la propia primera ministra utilizó durante la campaña, cuando se refirió a una posible «coalición del caos» entre el Partido Laborista, el Partido Nacional Escocés y los Liberal Demócratas. «La coalición del caos está en su propio gobierno», señaló, aludiendo a los ministros Phillip Hammond, David Davis y Boris Johnson, a quienes acusó de estar «peleando, conspirando y maniobrando para expulsar a la primera ministra de Downing Street y tomar el cargo». La situación creada a raíz del referéndum sobre el Brexit dominó el discurso, en el que también se refirió a los tres millones de ciudadanos de la UE que residen en Gran Bretaña, instando a May a que garantice sus derechos. «Si tú no lo haces, lo haremos nosotros», sentenció.

Promesa para cambiar la legislación sobre donación de órganos

El líder laborista, Jeremy Corbyn, aprovechó el cierre del congreso anual de su partido para sumarse a la campaña iniciada por el periódico “The Daily Mirror” que busca reformar la ley de donación de órganos en Inglaterra, de forma que todo adulto automáticamente sea un potencial donante, a no ser que exprese lo contrario.

Corbyn recordaba que «existen más de cinco mil personas esperando un trasplante de algún órgano y la escasez de donantes ha hecho que en los últimos años solo tres mil quinientos pacientes han podido obtener el tratamiento que necesitan».

Por ello, el líder laborista prometió que cambiará la ley vigente en Inglaterra para que, al igual que ocurre a día de hoy en Gales y Escocia, esas donaciones se hagan de forma automática si el adulto no comunica lo contrario.

Este cambio legal incrementaría el número de donantes en un 25%.

En otro orden de cosas, Jeremy Corbyn propuso un control de la rentas y de la gentrificación en las ciudades, y recuperó de nuevo aspectos que recogía el manifiesto laborista presentado antes de las elecciones legislativas anticipadas de junio, como su promesa de nacionalizar algunos sectores (como las compañías de gestión del agua, el servicio de correos o el del ferrocarril) o la de eliminar las cada vez más altas tasas universitarias.M.S.